La iniciativa Net Zero Asset Managers (NZAM), un grupo que busca apoyar a los inversores en la transición económica hacia emisiones netas cero, ha anunciado la suspensión de sus actividades. Esta decisión se produce tras los recientes cambios regulatorios y la destacada retirada de BlackRock, el gestor de activos más grande del mundo.
En un comunicado, NZAM explicó las razones detrás de esta pausa en sus operaciones. “Los recientes desarrollos en Estados Unidos y las diferentes expectativas regulatorias y de los clientes en las respectivas jurisdicciones de los inversores han llevado a NZAM a iniciar una revisión de la iniciativa para garantizar que siga siendo adecuada en el nuevo contexto global”, declaró la organización. Durante este período de revisión, NZAM suspenderá el seguimiento de la implementación y los informes de sus signatarios, además de retirar de su sitio web su declaración de compromiso, la lista de signatarios y los objetivos relacionados.
La iniciativa enfatizó su compromiso con la transparencia, asegurando que los signatarios serán consultados a lo largo del proceso de revisión y se les informará sobre cualquier actualización de manera oportuna. NZAM describió sus esfuerzos como una iniciativa voluntaria que ha ayudado exitosamente a los inversores a transitar hacia un modelo energético más sostenible, en línea con sus deberes fiduciarios y objetivos financieros a largo plazo.
La salida de BlackRock, uno de los signatarios fundadores de NZAM, ha intensificado los desafíos que enfrenta la iniciativa. En respuesta a esta decisión, NZAM expresó su decepción, pero reconoció el carácter voluntario de su membresía. “Nos decepciona ver a cualquier inversor retirarse, pero como iniciativa voluntaria, respetamos las decisiones individuales que tomen los signatarios”, afirmó NZAM en un comunicado. “El riesgo climático es un riesgo financiero. NZAM existe para ayudar a los inversores a mitigar estos riesgos y aprovechar los beneficios de la transición económica hacia un modelo de emisiones netas cero”.
La decisión de BlackRock refleja tensiones más amplias dentro de la comunidad inversora global en relación con los compromisos climáticos. En los últimos años, los marcos regulatorios divergentes y las prioridades cambiantes de los clientes han planteado desafíos para iniciativas como NZAM, que buscan armonizar enfoques entre distintas jurisdicciones.