Transición verde: los desafíos de la industria automotriz para adaptarse a modelos sostenibles

El último informe comparativo sobre fabricantes de automóviles y transporte, elaborado por la World Benchmarking Alliance (WBA), revela que la mayoría de los fabricantes de automóviles globales no están comprometidos financieramente con la inversión en electrificación y modelos comerciales bajos en carbono, a pesar de tener los avances tecnológicos y el apoyo político de su lado.

Las empresas evaluadas, que en conjunto producen 8 de cada 10 automóviles vendidos en todo el mundo, todavía están atadas a modelos comerciales que pronto quedarán obsoletos. En el conjunto de estos fabricantes de automóviles, solo el 17% de los ingresos se atribuye a las ventas de vehículos con bajas emisiones de carbono.

Ningún fabricante tradicional se ha comprometido a eliminar gradualmente los combustibles fósiles para 2035 y solo seis empresas (Hyundai, Kia, Renault, Stellantis, General Motors y Ford) se comprometieron a electrificar completamente sus vehículos en mercados específicos. Solo el 23% de las empresas tienen un compromiso claro de aumentar el gasto futuro en tecnología con bajas emisiones de carbono.

Los autores señalan que es alentador que el 60% de las empresas evaluadas obtuvieron una puntuación superior a 55 sobre 100 en elementos de su planificación de transición, lo que sugiere que, si bien las acciones aún son limitadas, los fabricantes han trazado cómo podrían ser las vías para lograr bajas emisiones de carbono.

Nuestra investigación revela una cruda realidad: la mayoría de los fabricantes siguen anclados en modelos de negocio obsoletos que ponen en peligro su capacidad para cumplir estos objetivos climáticos críticos. Si bien hay signos prometedores de planificación de la transición sobre el papel, el progreso real depende de acciones tangibles, como la eliminación gradual de los vehículos de combustible fósil, la inversión importante en tecnología baja en carbono y la garantía de cadenas de suministro sostenibles. Si la industria automotriz quiere acelerar un progreso significativo hacia un futuro de 1,5 °C, debe comprometerse incondicionalmente con modelos de negocio que escalen la electrificación a nivel mundial. Demasiadas empresas están estancadas en la primera marcha“, afirmó Vicky Sins, responsable de descarbonización y transformación energética de la World Benchmarking Alliance.

La investigación destaca que los principales fabricantes de automóviles deben abordar urgentemente la descarbonización dentro de sus cadenas de suministro, en particular la producción de baterías. Solo dos empresas, BMW y Kia, exigen a los proveedores que cumplan con los objetivos de emisiones alineados con los 1,5 °C, y ninguna tiene objetivos específicos para los proveedores de baterías, una fuente importante de emisiones ascendentes y un contribuyente clave a las emisiones totales del sector automotriz.

Sin embargo, la WBA descubrió que esto puede mejorar en el futuro. Once empresas evaluadas, entre ellas Volkswagen y BYD, que cubren el 60% del mercado mundial de vehículos eléctricos, están pasando a la producción interna de baterías, lo que podría impulsar los esfuerzos de descarbonización.

La nueva investigación de WBA concluyó que las 30 empresas automotrices evaluadas están muy por detrás de lo que deberían estar en indicadores sociales clave para lograr una transición justa. Solo cinco fabricantes (Ford, Mercedes Benz, Renault, Stellantis y Suzuki) se han comprometido a entablar un diálogo social y negociar con los trabajadores sobre cómo debería ser el futuro. Además, solo el 10 % de las empresas revelan las partes interesadas con las que se relacionan en el camino hacia una transición justa, lo que deja a casi 3 millones de trabajadores y partes interesadas afectadas sin voz ni capacidad para contribuir al debate.

La descarbonización por sí sola no es suficiente. Con las fábricas de automóviles que siguen cerrando, desde la planta de Vauxhall en Luton en el Reino Unido hasta el posible cierre de tres fábricas de VW en Alemania, el sector de la automoción debe asegurarse de que la descarbonización no se utilice como excusa para una transición injusta y de que satisfaga las necesidades de los trabajadores y otras comunidades afectadas. Estas empresas deben hacer más para aprovechar el diálogo social y relacionarse con los trabajadores y las partes interesadas afectadas para lograr una transición justa“, añadió Sins.

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