La sostenibilidad corporativa en Europa atraviesa un cambio estructural. Con la entrada en vigor de la Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) y la implementación de los Estándares Europeos de Reporte de Sostenibilidad (ESRS), la inclusión de las personas con discapacidad se incorpora de manera explícita en la agenda empresarial. Una nueva guía ofrece soluciones para acompañar a las compañías en este proceso.

Foto: Marcus Aurelius / Pexels.
Se trata de la guía “Inclusive Reporting: A Business Guide to Disability and the ESRS”, elaborada por Disability Hub Europe (liderado por Fundación ONCE), y la Red Mundial de Empresas y Discapacidad de la OIT (ILO GBDN).
El documento no se limita a explicar el marco normativo, sino que ofrece pautas prácticas para que la discapacidad se integre como un elemento estratégico en la sostenibilidad corporativa.
Un nuevo estándar en la sostenibilidad empresarial
La CSRD obliga a las empresas a informar bajo el principio de “doble materialidad”, evaluando no solo riesgos y oportunidades financieros, sino también impactos ambientales, de gobernanza y sociales. En este esquema, la inclusión de la discapacidad deja de ser un aspecto marginal para transformarse en un componente clave del reporte corporativo.
El estudio subraya que el enfoque va más allá de contar el número de empleados con discapacidad. Ahora, las compañías deben analizar sus operaciones y cadenas de valor para identificar impactos, riesgos y oportunidades vinculados a la inclusión, aportando tanto datos cuantitativos como cualitativos.
Oportunidad estratégica, más que cumplimiento
El documento insiste en que los ESRS no son solo un requisito normativo, sino un instrumento estratégico que puede generar ventajas competitivas. Entre ellas:
- Fortalecer la reputación corporativa frente a inversores, clientes y reguladores.
- Ampliar el acceso a nuevas fuentes de talento, especialmente en un contexto de escasez de perfiles cualificados.
- Reducir riesgos legales y reputacionales asociados a la discriminación o la falta de accesibilidad.
- Impulsar la innovación en productos y servicios, al incorporar una mirada inclusiva en el diseño y la operación.
Un marco alineado con estándares internacionales
La guía también destaca la coherencia de los ESRS con marcos globales de referencia, como los lineamientos del Global Reporting Initiative (GRI). Esta convergencia facilita que las empresas puedan alinear sus reportes en diferentes jurisdicciones y cerrar las brechas de datos que históricamente invisibilizaron a las personas con discapacidad en la sostenibilidad corporativa.
Mirando hacia adelante
Si bien la CSRD y los ESRS están en revisión y podrían simplificarse, la guía recomienda a las compañías actuar de manera proactiva. De hecho, varias empresas ya han adoptado estos estándares antes de que fueran obligatorios, validando que su implementación es factible y genera valor.
El próximo paso será la emisión de estándares adaptados a pymes, un segmento clave en la contratación de personas con discapacidad. Esta evolución promete ampliar el impacto de la inclusión en toda la cadena de valor europea.