¿El bienestar organizacional es todavía un beneficio accesorio o se ha convertido en un imperativo estratégico? Esa fue la pregunta central de la Mesa Redonda PROhumana “¿Cultura del Cuidado o del Silencio?”, que reunió a 53 líderes de 47 empresas de distintos rubros y que ayer fue presentada públicamente.

El espacio, facilitado por la fundadora de PROhumana, Soledad Teixidó, buscó interpelar al mundo empresarial sobre el rol que cumplen las compañías en un contexto de alta transformación, tensiones sociales y crecientes demandas internas de los equipos. El informe completo, resultado de cinco jornadas de diálogo, plantea que el bienestar ya no puede concebirse como un gesto de compasión, sino como una decisión estratégica que habilita productividad, creatividad y sostenibilidad en el largo plazo.
“Hoy la decisión es clara: quedarse atrapados en una cultura que exprime y desgasta, o convertir el bienestar en el núcleo de la ventaja competitiva”, sostuvo Teixidó durante el lanzamiento.
Bienestar como eje estratégico
Entre los panelistas, Mariana Alcérreca, gerenta de Asuntos Corporativos de Mutual de Seguridad, advirtió que el bienestar debe entenderse como un desafío sistémico que incluye tanto la salud física como la mental, y que requiere respuestas concretas frente a problemas externos como la inseguridad o la salud financiera de los trabajadores.
Juan Pablo Schaeffer, vicepresidente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Anglo American, enfatizó la importancia de la coherencia organizacional: “Nada justifica poner en riesgo la vida o salud de las personas. Para que el bienestar sea real, debe estar en el centro de la estrategia”.
Desde Essbio, el gerente general Cristian Vergara vinculó el tema con la productividad, subrayando que normalizar el agotamiento es un riesgo para las empresas y que los liderazgos deben atreverse a comunicar vulnerabilidades y promover prácticas de cuidado.
Hoja de ruta para las empresas
El informe de PROhumana recoge las reflexiones de los diálogos y presenta una hoja de ruta para las compañías que buscan trascender a través de una cultura de bienestar. Entre sus principales lineamientos se destacan:
- Bienestar con propósito: cuando la empresa cuida, trasciende.
- La salud mental como innegociable.
- Romper el tabú: hablar sin miedo ni etiquetas sobre el bienestar.
- Nuevo liderazgo: cuidar con la misma fuerza con que se exige.
- Resultados y cuidado como aliados inseparables.
- Uso estratégico de la tecnología y la analítica en bienestar.
- Extender la cultura del cuidado al ecosistema.
- Un cambio cultural en marcha
La discusión también abordó la irrupción de la inteligencia artificial, no como amenaza, sino como oportunidad para liberar tiempo, rediseñar roles y facilitar la conciliación entre la vida personal y laboral.
La conclusión fue transversal: en un país marcado por la desconfianza, las empresas que se atrevan a construir entornos de cuidado no solo obtendrán mayor compromiso de sus equipos, sino que también se diferenciarán de aquellas que continúan operando bajo una lógica de desgaste.
“El bienestar es hoy la forma de hacer empresa”, resumió Teixidó, llamando a repensar liderazgos, procesos e indicadores con la cultura del cuidado en el centro de la estrategia corporativa.