Brecha digital y cuidados: los frenos que aún limitan la participación laboral femenina

A cinco años de la meta fijada por la Agenda 2030, el nuevo informe “The Gender Snapshot 2025” de ONU Mujeres y el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU ofrece un panorama mixto: avances en la participación laboral femenina, pero también riesgos emergentes que podrían revertir el progreso alcanzado.

Foto: Presentación de “The Gender snapshot 2025” en el marco de la 80° Asamblea General de las Naciones Unidas (Créditos: ONU Mujeres/Ryan Brown).

De acuerdo con el documento, la participación de las mujeres en edad central (25 a 54 años) aumentó de 62,8 % en 2015 a 64,5 % en 2024, una mejora modesta tras más de dos décadas de estancamiento. El estudio señala que la brecha con los hombres se redujo de 29,9 a 27,8 puntos porcentuales, aunque las diferencias estructurales se mantienen. Persisten las disparidades salariales, la falta de acceso a cargos de liderazgo, la segregación por ocupación y, sobre todo, la carga desigual de tareas de cuidado.

El peso de este último factor es considerable. En 2023, el 66 % de las mujeres en edad laboral que permanecían fuera del mercado (379 millones a nivel global) identificaron el cuidado de hijos o familiares como la principal razón de su inactividad económica.

Riesgos tecnológicos

El informe también advierte sobre un desafío relativamente nuevo: el impacto de la inteligencia artificial generativa. Según las estimaciones, 27,6 % de los empleos ocupados por mujeres podrían estar expuestos a la automatización, frente a 21,1 % de los empleos masculinos. ONU Mujeres plantea que, sin inversión en capacitación digital y políticas laborales adaptadas, el progreso hacia la igualdad podría verse comprometido.

La dimensión económica de la brecha digital

La exclusión digital constituye otro frente de preocupación. El documento calcula que cerrar la brecha digital de género beneficiaría a 343,5 millones de mujeres y niñas de aquí a 2050, con un impacto económico estimado en 1,5 billones de dólares adicionales al PIB global hacia 2030. Asimismo, permitiría que 30 millones de mujeres salgan de la pobreza.

Casos de avance y lecciones

Algunos países muestran progresos notables. Arabia Saudita, por ejemplo, elevó la participación laboral femenina del 17 % en 2017 al 35,4 % en 2024 tras introducir reformas legales y políticas para reducir las barreras relacionadas con el cuidado. En América Latina, Costa Rica incorporó en su Plan Nacional de Banda Ancha metas explícitas para mejorar el acceso digital de las mujeres y capacitarlas en nuevas tecnologías.

Implicaciones para el sector privado

El informe remarca que las empresas tienen un rol central en la transformación. Medidas como políticas de corresponsabilidad en el cuidado, programas de formación tecnológica y estrategias de liderazgo inclusivo se perfilan como factores determinantes para aprovechar el potencial económico de la igualdad de género.

ONU Mujeres advierte que, de mantenerse las tendencias actuales, el mundo incumplirá los compromisos del ODS 5 (igualdad de género). El documento plantea que la decisión no es menor: invertir en igualdad podría traducirse en sociedades más resilientes y en economías más competitivas.

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