Los próximos cinco años serán decisivos para consolidar una economía del plástico realmente circular

El dato surge del informe “2030 Plastics Agenda for Business” de la Fundación Ellen MacArthur, el cual traza un plan de acción que insta a las compañías a acelerar la eliminación de los residuos y la contaminación por plásticos, capitalizando los avances logrados en los últimos diez años gracias a la adopción de la economía circular. Plantea una agenda concreta para el sector privado, estructurada sobre tres ejes: incidencia colectiva en políticas públicas, colaboración entre empresas para reducir riesgos e impulsar innovación, y acciones individuales que mantengan el impulso hacia un mercado libre de contaminación plástica.

El reporte llega en un contexto de creciente presión regulatoria y de expectativas sociales más altas hacia las corporaciones. La Fundación Ellen MacArthur, pionera en la promoción de modelos circulares, afirma que una década de trabajo conjunto ha demostrado que la reducción del uso de plásticos vírgenes en envases es posible.

A través de la iniciativa Global Commitment, más de 1.200 organizaciones —entre ellas Amcor, Borealis, Colgate-Palmolive, Danone, L’Oréal, Nestlé, SC Johnson, PepsiCo, TOMRA y Unilever— han mostrado avances medibles: por ejemplo, el evitar 14 millones de toneladas de plásticos vírgenes, equivalente a 1,8 billones de bolsas plásticas o un barril de petróleo ahorrado cada segundo. También han triplicado el uso de material reciclado y eliminado miles de millones de envases problemáticos.

Sin embargo, el informe advierte que el 80% del mercado global aún no ha emprendido esta transición. Incluso las empresas más avanzadas enfrentan obstáculos estructurales que no pueden resolver de forma aislada, como la falta de infraestructura para la recolección y el reciclaje, la complejidad del tratamiento de envases flexibles y la necesidad de escalar modelos de reutilización.

Las tres palancas del cambio

La “Agenda 2030 de Plásticos” identifica tres mecanismos que podrían acelerar la transformación:

  • Incidencia colectiva en políticas públicas, mediante la cual las empresas coordinen su influencia para promover marcos regulatorios ambiciosos y coherentes con la economía circular.
  • Acción colaborativa, que permita compartir riesgos, costos y conocimientos técnicos para superar las limitaciones estructurales del sistema.
  • Compromisos individuales alineados, que mantengan la presión interna para innovar y, al mismo tiempo, inspiren cambios regulatorios y de mercado.

Muchos líderes empresariales me preguntan qué sigue. Mi respuesta es simple: no esperen”, señaló Rob Opsomer, director ejecutivo de Plásticos y Finanzas de la Fundación Ellen MacArthur. “Las compañías que actúen ahora podrán ayudar a dar forma a políticas efectivas y hacer que las soluciones circulares se conviertan en la nueva norma”.

Un llamado a ampliar la coalición global

El documento no solo celebra los avances logrados, sino que lanza un llamado explícito al resto del mercado. La Fundación busca que, en los próximos 12 meses, más empresas se sumen a la agenda y fortalezcan los compromisos globales.

El Global Commitment, lanzado en 2018 junto al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), sigue siendo el pilar de este esfuerzo. A él se suman 700 compañías que trabajan bajo los acuerdos nacionales “Plastics Pacts” y más de 300 organizaciones que integran la Business Coalition for a Global Plastics Treaty, que impulsa la firma de un tratado internacional legalmente vinculante para poner fin a la contaminación plástica.

Desde el sector corporativo, varias multinacionales reafirmaron su apoyo. Antonia Wanner, directora de sustentabilidad de Nestlé, sostuvo que la empresa “seguirá contribuyendo a la visión común de una economía circular para los envases”. En tanto, Pablo Costa, responsable global de empaques en Unilever, advirtió que “poner fin a la contaminación por plásticos requiere innovación, infraestructura y políticas habilitantes, combinadas con una acción colectiva decidida en toda la cadena de valor”.

El desafío de la próxima década

La Fundación Ellen MacArthur concluye que los próximos cinco años serán decisivos para consolidar una economía del plástico verdaderamente circular. Para ello, plantea que las empresas que actúen de forma temprana y coordinada estarán mejor preparadas para influir en la regulación, reducir los costos de transición y fortalecer su resiliencia competitiva.

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