La digitalización de los servicios financieros emerge como una poderosa herramienta para integrar a las poblaciones más vulnerables en América Latina y el Caribe, no solo para mejorar su acceso a estos servicios, sino también para abrir nuevas oportunidades de negocio para el sector. Este es uno de los principales hallazgos de un estudio realizado por BID Invest y NTT Data.
El informe “Transformación Digital para la Inclusión Financiera en América Latina y el Caribe” contó con la participación de más de 50 ejecutivos de 35 entidades financieras de 16 países, entre ellos bancos tradicionales, neobancos, cooperativas e instituciones de microfinanzas. Destaca la relevancia de alcanzar una madurez digital para que los servicios financieros sean realmente inclusivos. Sin embargo, a pesar de que un 92% de las entidades encuestadas ya dispone de canales digitales, como aplicaciones móviles y sitios web, la interacción digital de los clientes permanece sorprendentemente baja, con menos del 10% en un 30% de los casos.
El estudio señala que en la última década, países como Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Perú han registrado un crecimiento en la inclusión financiera superior al 28%, impulsados por políticas adaptadas a las necesidades específicas de sus poblaciones. Esta tendencia es apoyada por el uso extendido de soluciones digitales que proporcionan autonomía y una mayor proximidad entre los clientes y los servicios financieros a través de plataformas de aprendizaje en línea y gestión autónoma.
Especialmente para los grupos vulnerables, como las poblaciones indígenas, los migrantes y las personas mayores, el estudio subraya la importancia de herramientas como simulaciones de crédito y soluciones de crédito basadas en análisis prescriptivos que no solo identifican necesidades del cliente, sino que también maximizan las probabilidades de éxito de sus finanzas personales, considerando factores como las estaciones climáticas para agricultores en zonas rurales.
En términos de diseño de productos financieros, el informe recomienda la creación de soluciones que fomenten la construcción de comunidades y generen beneficios a partir del ahorro y la inversión. Destaca también la necesidad de adaptar los productos para migrantes, facilitando el envío de remesas y el acceso a servicios sin requerir extensa documentación o un historial crediticio.
Además, el estudio resalta el papel crucial de los reguladores en crear un entorno que promueva la innovación y proteja a la vez los derechos de los usuarios más vulnerables. Las instituciones financieras, por su parte, deben adoptar una cultura digital más sólida, invertir en innovación y análisis de datos, y expandir la disponibilidad de sus productos para mantener relaciones digitales efectivas con sus clientes.
Esta investigación forma parte de una serie de estudios impulsados por BID Invest para apoyar la transformación digital en sectores clave como la manufactura y la agricultura. La promoción de este último informe coincide con el lanzamiento de FINLAC, una iniciativa del Grupo BID que busca asegurar que las personas vulnerables en la región tengan acceso a los servicios financieros necesarios, subrayando un compromiso continuo con la inclusión financiera a través de la innovación digital.