“En la agenda de DDHH y Empresas no siempre se identifica la necesidad de urgencia en la gestión”

Así lo afirma María José Alzari, Coordinadora del Área de Transparencia y Licencia Social del CEADS. Por qué considera que la agenda de Empresas y Derechos Humanos es de gestión de riesgos y de continuidad del negocio, su mirada sobre la necesidad de llegar a la PYME, los aspectos más destacados que revelaron los resultados del Termómetro realizado en alianza con Proactiva Results, su opinión sobre la aprobación del primer Plan Nacional sobre Empresas y DDHH de Argentina, y por qué el CEADS no considera que la exigencia de la debida diligencia sea el instrumento más adecuado para poner en marcha esta agenda, fueron algunos de los temas abordados en la entrevista.

Foto: María José Alzari, Coordinadora del Área de Transparencia y Licencia Social del CEADS.

¿Cómo nace y cuáles son los alcances del Termómetro sobre Empresas y Derechos Humanos?

Si bien en el CEADS no solemos hacer este tipo de mediciones, porque en general nos interesa más poder identificar buenas prácticas, tuvimos un ofrecimiento de Proactiva Results para usar y correr este Termómetro que además se podía hacer con un acompañamiento de BID Invest. Y nos pareció muy interesante participar de un proyecto regional con esas características.

Y sucedieron dos cosas a la vez. Por un lado, identificamos que ya había habido una evolución en el CEADS trabajando la agenda de Empresas y Derechos Humanos. Este año realizamos la edición número 12 del Curso Inicial de Empresas y DDHH con récord de participación, al igual que lo que sucedió el año pasado. Eso fue realmente interesante y nos pareció que era el momento de poder medir cuál era el estadío de situación en el tema respecto del sector privado. Y otra cosa que nos pareció muy interesante del Termómetro de Proactiva es la división en los tres ejes. Porque tiene una profundidad en el contenido de lo que es no solo la agenda de Empresas y DDHH, sino también la mirada de la OCDE de la Conducta Empresarial Responsable que permite que las empresas puedan identificar cosas que ya tienen hechas, que dan respuesta a esta agenda, y que a lo mejor no la están percibiendo como parte de la misma.

Con respecto a los ejes del Termómetro, el primero, que es de gestión interna, recorre el aspecto de las políticas, la evaluación de riesgos, la implementación de medidas preventivas, las medidas de respuesta y de mitigación. Es profundo respecto de los compromisos y las operaciones internas en el tema.

El segundo eje, que es el de la gestión de la cadena de suministro, va a seguir el mismo sentido de cómo se analizan esos riesgos en la cadena de suministro.

Y el tercer eje es el de temas críticos en derechos humanos. Este realmente nos pareció muy interesante también porque venía, por un lado, a refrescar muchos temas que las empresas vienen gestionando desde hace años y ahora vamos a ver con los resultados como parte de esta agenda. Y también otros temas que no necesariamente son percibidos como de una gestión necesaria, inmediata o relacionada con el concepto de Derechos Humanos.

Nos pareció que el Termómetro llevaba a un cuestionario profundo, de tener que hacer un análisis detenido de qué era lo que se estaba haciendo o no dentro de la empresa. Y así tomamos la decisión, que fue una decisión con los resguardos que nosotros siempre tuvimos respecto de esta agenda, al considerarla una agenda de gestión de riesgos empresarios, de prevención de riesgo de impactos en los Derechos Humanos, y de continuidad del negocio. Y como es un tema muy amplio que no siempre tiene la identificación de la necesidad de la urgencia en la gestión, aunque se esté haciendo, nos pareció interesante poder correr esta herramienta. Y, realmente, el instrumento de Proactiva fue un instrumento válido para poder hacer ese recorrido.

¿Cuáles son los aspectos más destacados que revelaron los resultados del Termómetro?

El primer resultado que podemos identificar es que si bien hubo una respuesta muy interesante por parte de las empresas para participar, también hubo muchos resguardos previos referidos a la confidencialidad, y al tenor de las preguntas.

Hubo involucramiento de las áreas de legales para tomar la decisión de ser parte del termómetro. Eso fue muy interesante porque, si bien por un lado marca como ciertos resguardos respecto de la agenda, también marca una responsabilidad y un interés en un involucramiento serio por parte de la empresa en general, respecto de los resultados.

Los tres ejes que hablábamos de gestión interna, gestión de cadena de suministro, y los ejes temáticos, dieron un resultado medianamente similar: arriba del 50% del cumplimiento, que es un muy buen resultado. De hecho, la media del Termómetro corrido en Brasil es un poco menor a esta que dio en Argentina.

Sí cuando nos metemos un poco a ver puntualmente, a focalizarnos en los resultados, vamos viendo que hay un alto nivel de compromiso de respeto de los derechos humanos. Casi el 100% de las empresas tienen una política expresa, o un documento, donde abiertamente se comprometen al respeto de los Derechos Humanos.

Sin embargo, cuando vamos a la mirada de gestión de los riesgos ese porcentaje cae. Es un porcentaje en donde estamos alrededor del 60%. En ese sentido, ahí sí hay una evidencia de la existencia de compromisos pero que no necesariamente están igualmente reflejados en una efectiva gestión. Acá se pueden hacer varias lecturas, porque puntualmente esta pregunta estaba dirigida a riesgos en derechos humanos, no otro tipos de riesgos que pueden estar directamente involucrando derechos humanos.

Un punto también interesante a destacar del primer eje es que un altísimo porcentaje de las empresas identificaron que cuentan con mecanismos de reclamación y recursos de acceso, tanto para personas parte de la organización, colaboradores y trabajadores, como para personas externas, para ponerse en contacto y hacer algún tipo de reclamo o de queja. Ese también es un punto sólido que pudo identificarse.

Y un punto quizás un poco más débil es el de la comunicación, de comunicar los procesos y los resultados de estos análisis de riesgos. Pero no lo tomo como un aspecto a fortalecer, porque el tema de comunicar el proceso de análisis de riesgos y sus resultados tiene que ser un análisis muy cuidadoso y muy consciente por parte de la empresa. Si bien tanto los Principios Rectores como las Guías de la OCDE buscan la transparencia y la comunicación, que sin duda es sumamente importante, cuando hablamos de qué y cómo se comunica tiene que ser muy cuidado y analizado. Porque esto no es una agenda de marketing, es una agenda de gestión. Y si bien este punto da bajo, lo cierto es que me parece que es un tema donde la comunicación tiene que venir después de la gestión, de una gestión resguardada.

Con respecto al eje dos, se pudo llegar al mismo gran hallazgo: que hay un compromiso muy alto de involucrar a la cadena de suministro a través principalmente de la implementación de códigos de conductas para proveedores y/o de cláusulas anexas a los contratos, pero hay un bajo seguimiento respecto de la identificación y de la evaluación de los riesgos de vulneración de Derechos Humanos que puede tener la cadena de suministro. Ahí volvemos a un alto compromiso y a una necesidad de fortalecer la gestión.

Y cuando ya pasamos al eje tres vemos que en materia de compromisos los temas que se fueron tocando son principalmente los referidos a los derechos laborales, los temas anticorrupción, y los temas referidos a las cuestiones ambientales. Vemos un altísimo compromiso en esos temas, que van del 100% al 97%.

¿Qué otros aspectos destacados nos puede decir con respecto a los temas puntuales que surgen de los resultados del Termómetro?

En algunos temas se encontraron menos compromisos específicos, por ejemplo en el de salud mental, donde sí vemos un nivel de compromiso menor. Acá claramente hay una necesidad de identificar los aspectos referidos a la salud mental, que son muchos, como un tema de la agenda de Derechos Humanos. También por eso nos interesó que estuviera dentro del cuestionario.

Cuando vamos a cuáles son los temas que más allá de los compromisos identifican una gestión muy avanzada, del 70% para arriba, vamos a ver que los temas ambientales y de seguridad ocupacional están en el podio. Esto es totalmente lógico, porque son los dos temas que ya desde la década del 80 las empresas vienen gestionando, no quizás con la mirada de Derechos Humanos, pero los temas de regulación ambiental, los temas referidos al uso de agua, los temas referidos a cambio climático, son temas que ya están en agenda de la gestión de las empresas. Lo mismo que los temas de salud y seguridad ocupacional. Ahí no vamos a encontrar una gran novedad. Se suman en ese podio los temas referidos a trabajo forzoso, o equiparable con el concepto de esclavitud moderna. Esto tampoco es una novedad, es uno de los Convenios fundamentales de la OIT, uno de los derechos fundamentales de la OIT, y está dentro del gran paquete de los temas laborales.

El último punto del podio, arriba de este 70%, son las gestiones en temas de transparencia y anticorrupción, donde sí vemos que no hay una identificación muy puntual de gestión. Son algunos temas referidos a salud mental y al concepto de salario digno o remuneración. Estos son dos temas interesantes. No solo por lo que ya hablamos de salud mental, sino porque el tema de remuneración es un concepto bastante complejo de definir en países en vías de desarrollo. Porque hay toda una discusión a nivel internacional de qué se entiende por salario digno, si es un salario de convenio, o un salario mínimo vital y móvil, que no necesariamente es lo mismo. En ese sentido si bien hay algunas empresas que tienen compromisos expresos, es un tema que sin duda se viene en esta gran agenda de Empresas y Derechos Humanos.

Después, sí hubo un énfasis especial en los temas referidos a comunidades, como comunidades tradicionales y comunidades indígenas, en donde vemos un compromiso y una gestión media sumamente adecuada, de arriba del 50/60%, que también está muy relacionado con la variabilidad de empresas que participaron. Porque no todas tienen una relación tan directa con comunidades, y por eso ahí baja un poco el porcentaje.

Finalmente, un punto también muy relacionado con esto que hablamos de salud mental son los temas referidos a igualdad, diversidad e inclusión, donde también hay un altísimo compromiso por parte de las empresas, incluidos los temas referidos a violencia y acoso en el mundo del trabajo. Sin embargo, respecto del tema de violencia y acoso se nota un menor involucramiento en la capacitación o en el acompañamiento respecto de la cadena de suministro.

En los temas ambientales también dio muy alto, ya que estamos hablando del 100% de las empresas con compromisos, 97% con gestión, en el tema de gestión de residuos 100%, gestión de agua y contaminación de suelo y agua un 97%. Con lo cual sabíamos que tanto ambiente como salud, junto con los temas laborales, iban a dar altos.

Y en comunidad vemos un alto porcentaje de compromiso con las comunidades, donde da un 76%, que para nada es bajo. Con lo cual los temas que sabíamos que iban a dar alto y bajo se dieron de alguna u otra manera. Porque los que más bajo dieron son temas no necesariamente identificados como de la agenda de Empresas y Derechos Humanos, y son bastante novedosos con este enfoque.

A fines de 2023 Argentina aprobó su primer Plan Nacional sobre Empresas y Derechos Humanos ¿Cuál es su mirada al respecto?

En el proceso de definición del Plan, si bien hubieron reuniones en donde el sector empresario y otros sectores participaron, entiendo que debería haber sido mucho más profundo el involucramiento de las diferentes partes interesadas. Y me refiero a todas, en especial del sector empresario. Sorprendió la publicación del Plan hacia fines de noviembre de 2023.

Es una buena noticia que Argentina cuente con un Plan Nacional de Empresas y Derechos Humanos. Ahora resta, principalmente por parte de los órganos públicos, la implementación. Es un primer estadío, donde hay mucho espacio para trabajar, principalmente en los temas de sensibilización. Y entendemos y acompañamos esa definición que, por lo menos hasta ahora, ha tomado el gobierno actual de mantener el Plan que se adoptó en la gestión anterior.

Es importante que Argentina tenga el Plan. Ahora nos queda el camino de poder ir recorriendo la agenda y fortaleciendo la gestión. Principalmente el conocimiento de la agenda de Empresas y Derechos Humanos. Porque los resultados que nos evidencia el Termómetro son resultados en donde gran parte de las empresas que participaron son empresas grandes (grandes / multinacionales, o medianas muy ligadas a multinacionales), con muy poca participación de pymes. Por eso, hay un desafío para llegar a la pequeña y la mediana empresa con esta agenda.

¿Cuál es su opinión sobre la aprobación definitiva de la Directiva sobre debida diligencia corporativa (CSDDD)?

En el CEADS no consideramos que la exigencia de la debida diligencia sea el instrumento más adecuado para poner en marcha esta agenda.

Sin duda, la Unión Europea viene con un crecimiento importante de requerimientos a efectos de permitir la realización de negocios en su mercado común, en temas tanto ambientales como sociales. Esto va a impactar de una forma importante en países en vías de desarrollo que realicen negocios o actividades comerciales directa o indirectamente ligadas con la UE. Esto es una realidad.

Pero lo que comentaba sobre que hay un componente muy alto de empresas multinacionales o empresas grandes, pero que cuando lo bajamos a un sector mucho más chico sabemos que no hay ese mismo resultado en lo que hace al conocimiento, muchas empresas medianas y pequeñas argentinas van a tener que hacer un esfuerzo muy grande para poder dar respuesta a esta directiva.

Si bien hay tiempo, estamos hablando de que las Directivas cada país la tiene que transponer en un plazo de 2 años, y esto puede significar que un país saque una ley mañana transponiendo la Directiva, y otro la saque incluso después de vencido esos dos años. Vamos a tener todo ese bagaje que no podemos anticipar. Sí sabemos que Alemania y Francia con sus leyes, que de una u otra manera implementan aspectos de debida diligencia, están mucho más avanzados. Y uno supone que actualizarán esas normas, o las acomodarán y darán rápidamente adecuación a la Directiva.

Pero es una suposición, no sabemos si eso va a ser así. Porque Italia mañana podría salir con una norma sobre debida diligencia sin haber tenido un proceso anterior. Eso es algo que no podemos anticipar. Sí sabemos que tanto con la Directiva de debida diligencia y con el Reglamento de deforestación los sectores gubernamentales y empresariales de cada uno de los países europeos están un poco preocupados acerca de cómo se van a implementar estos dos procedimientos en especial.

Europa también ya está trabajando en una norma, que hay que ver si es Directiva o Reglamento, sobre esclavitud moderna. Y con esta regulación una empresa que directamente exporte, o que sea parte de una cadena de suministro que llegue a la UE, va a tener que dar respuestas en los términos de la Directiva de debida diligencia. Con lo cual, para eso es muy importante la sensibilización, la capacitación y la comprensión de qué se requiere. Y eso no es poco.

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