Así lo afirma Soledad Teixidó, Fundadora de PROhumana. Cuál es su mirada para recomponer el vínculo de las empresas con sus entornos, la importancia de hacer un buen análisis de poder para entender dónde se están moviendo los intereses, la necesidad de realizar diálogos evolutivos y regenerativos para navegar en la nueva era del vínculo, y el por qué hay que hacer un llamado a las virtudes humanas más allá de los liderazgos conscientes, fueron algunos de los temas abordados en la entrevista.
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Foto: Soledad Teixidó, Fundadora de PROhumana.
¿En qué consisten las Mesas Redondas que organizan desde PROhumana?
Las Mesas Redondas son una iniciativa interesante por todo lo que ha ocurrido. Partimos con ellas en el año 2000. La primera Mesa Redonda que hizo PROhumana fue para convocar a líderes empresariales, de gobierno, y de la sociedad civil, para poder enmarcar un tema que en nuestro país casi no se hablaba, que en ese momento era la responsabilidad social empresarial.
Sí con una bajada que PROhumana siempre tuvo que era el marco que le pusimos a la responsabilidad social empresarial y que fue el desarrollo humano sustentable. O sea, nosotros empezamos a hablar de sustentabilidad en el año 2000. Y, la verdad, es que siempre suscribimos a eso. Sobre todo, como un desarrollo sustentable para la empresa.
Pero el marco fue el inicio de muchas Mesas que vinieron después, y que hasta el día de hoy son 25 Mesas. Obviamente han ido teniendo un proceso de maduración de nuestra parte, pero sobre todo diría que lo más relevante que hemos ganado es la confianza y la honestidad con la que se habla en ellas.
Las temáticas van surgiendo de las propias conversaciones. Son temas que PROhumana convoca, pero que se recogen de las Mesas y de temas que aparecen. Por ejemplo, ahora estamos tratando de levantar una Mesa sobre el tema de seguridad, porque se ha transformado en algo muy complejo, un tema de costos para la empresa. Incluso entramos aquí en cuestiones de Derechos Humano, porque hay que generar sistemas de protección que antes no estaban en el sector privado.
Pero la gran característica de las Mesas, lo vuelvo a recalcar, es la confianza en la participación y la honestidad. Eso nos permite sacar tendencias de lo que está pasando en nuestro país y, como estamos en un contexto globalizado, muchas de ellas van en línea también con lo que está pasando en el resto del mundo.
En la última Mesa Redonda abordaron las preocupaciones de los líderes empresariales chilenos que ponen en riesgo los negocios ¿Cuáles fueron las principales conclusiones?
Han surgido dos grandes temas. Uno es lo que nosotros llamamos directorio y comité ejecutivo en pugna. Allí, los propios que participaban describían que a nivel de directorio todavía existe un fuerte énfasis cortoplacista y bastante orientado a la rentabilidad. También se destacó que muchas veces hay variables que no se están considerando en los comités ejecutivos en el día a día, por ejemplo los temas y riesgos ambientales, los cuales a veces se postergan porque hay ciertas necesidades o prioridades en el negocio, y ello hace que la tensión que hay entre el comité ejecutivo y el directorio sea bastante fuerte.
Por otro, lado también salió que los directorios necesitan de una mayor preparación para estar en sus cargos. Además, en nuestro país el promedio de edad de los directores es bastante alto, lo cual podría no ser ningún problema, pero a diferencia de las generaciones más jóvenes que vienen mucho más preparadas, son más sistémicas en su mirada de mundo y tienen una mejor formación que los directores más tradicionales, suelen tener una visión bastante cortoplacista y no considerar temas como las cuestiones de género o de diversidad. Esto es algo que no solamente está pasando en nuestro país, sino que es un tema bastante global. Es decir, hay una distancia entre cómo se está administrando el negocio y cuáles son las exigencias que se les pone al comité ejecutivo.
Por otro lado, en el caso chileno bajo las preocupaciones externas surge el tema de seguridad. Aparece como un tema muy preocupante, un tema que en el fondo está significando costos nuevos para el presupuesto de la empresa, y está afectando la dignidad de la vida de las personas. Porque en el fondo, todo país tiene que brindarle a las personas lo mínimo en términos de seguridad. Y ellos sienten que tienen que asumir un rol que no debería corresponder al mundo privado en términos de seguridad. Por ejemplo, que un supermercado tenga que tener guardias con armas para vigilar que no haya robos. Este es un tema importante que no solamente es un problema en nuestro país, sino que yo diría que es bastante fuerte en Latinoamérica.
Además, aparece el tema de los escenarios inciertos, que es un problema que también es global, de cómo estamos manejando la economía, la inestabilidad, la incertidumbre en nuestra sociedad. También nos llamó la atención que no apareció tan fuerte en Chile el tema de la inteligencia artificial.
Y, por supuesto, el gran tema que es la confianza en nuestro país. Sigue pareciendo que es un tema, en la medida en que no mejoremos la confianza entre los distintos sectores, donde no vamos a avanzar. Hay que tener en cuenta que, según la OCDE, Chile tiene una muy baja participación en lo que ellos llaman el engagement de los stakeholders en todos los procesos. Chile en eso sigue siendo muy débil. Como en el tema de la participación ciudadana, en el amplio sentido de la palabra. Y cuando digo esto, significa también que se puedan sentar en la mesa Estado, gobierno, y empresa.
Además, aparecen otros temas interesantes que son más internos de la empresa, y que en cierta forma se vinculan con lo que decía. Que hay una crisis muy fuerte en cómo estamos llevando los liderazgos adelante, especialmente la primera línea, ya que no se está entendiendo el cambio cultural de habilidades, de estas multigeneraciones que están juntas hoy día en la empresa. Y también la transformación del negocio, para no seguir encapsulados en modelos tradicionales de cómo hacer negocios.
Como conclusión podría decir que a pesar de que hoy en día la sustentabilidad se instaló en Chile y que está en todos los discursos, en los directorios sigue siendo un acto que no muestra una convicción y una coherencia al 100%. Como que no hay complejidad crítica de pensamiento en la discusión de lo que significa ser una empresa sustentable. Eso se ve en las Mesas.
Recientemente han planteado la necesidad de realizar Diálogos Evolutivos y Regenerativos para navegar en la nueva Era del Vínculo ¿Por qué lo consideran así?
Con todos estos años de experiencia, de tantas conversaciones y encuentros, creemos que si no tomamos un actitud nosotros como individuos de generar un cambio en cómo dialogamos, con una disposición a crecer mutuamente y colectivamente, donde construyamos un vínculo entre las partes con una visión de largo plazo, para honrar la palabra sustentabilidad, lo único que nos ayuda a pensar en que podemos cambiar eso es establecer un marco sobre cómo deberían llevarse a cabo estos diálogos evolutivos y regenerativos. Por eso escogemos estos términos.
No los hemos escogido porque están de moda. Porque si bien lo regenerativo nuevamente está apareciendo, viene desde la permacultura. No es nuevo en la agenda. Pero sí es nuevo en cómo lo estamos aplicando. Pero tiene que ver con una visión y un cambio de mentalidad que todavía no hemos logrado. Y aparece en la Mesa.
Por ejemplo, la brecha entre las generaciones, el roce que se está dando. Porque en esas generaciones hay una mirada mucho más de largo plazo. Hay una mirada de que querer desarrollarse integralmente como seres humanos, no solo trabajar, de querer tener flexibilidad. Esa es una mirada mucho más holística en cómo se mira el mundo, en el vivir. Y ahí las generaciones más antiguas no entienden esto de cómo es tener vida personal, y entran en conflicto. Y el no entender que eso también tiene que ver con la productividad. Por eso hablamos de evolutivo y regenerativo, porque no es despreciar lo que somos, sino que nos vamos rearmando y sanando. Como la propia naturaleza, que va aprendiendo y restituyéndose. Y esa es una invitación que estamos haciendo desde PROhumana.
¿Cómo ve el vínculo de las empresas con sus entornos y cuál sería el camino a seguir?
Desde PROhumana hemos estado trabajando en un modelo, producto de una Mesa que hicimos de comunidades, donde apareció una frustración muy grande. La gran conclusión fue que el vínculo entre la comunidad y la empresa está absolutamente fracturado, y que es muy complejo avanzar.
Nosotros hicimos una propuesta a un grupo de empresas para investigar qué está pasando en el mundo, de qué están hablando, por dónde se está discutiendo. La idea es salir de los espacios, tradicionales, y en esa búsqueda empezamos a mirar distintas investigaciones, resultados, unir trabajo con comunidades de todo tipo. Y aparecieron ciertas variables clave. Por ejemplo, un tema que en general, y tal vez en los países latinoamericanos se dé mas, es que para poder entrar a conversar de los temas hay que hacer un buen análisis de poder, para entender dónde se están moviendo los intereses, qué es lo que se está buscando. Y eso es tanto para conversar con la comunidad, con el gobierno, con las asociaciones empresariales, etc. Porque cuando las asociaciones empresariales discuten el tema de un alza de impuesto, ¿están buscando solo sus intereses, o de verdad están preocupados por cómo va a afectar el empleo o la rentabilidad?
Por eso decimos que hay que hacer un llamado a las virtudes humanas más allá de los liderazgos conscientes. Porque yo he mirado todos los modelos que hay, y son muy interesantes, pero finalmente volvemos a lo básico. Hay ciertas virtudes que es muy importante que estén, como son la honestidad, la humildad, cómo nos enfrentamos al otro, la construcción de la confianza, cómo construimos lenguaje para que nos entendamos entre todos y nos podamos comunicar. Y eso termina en una transformación evolutiva, si pensamos en que todos vamos a crecer, en que todos vamos a cambiar. Y lo importante es que ahí la relación de poder también cambia.
¿Qué otros proyectos están encarando a futuro?
Estamos llevando adelante una plataforma educativa donde estamos generando espacios de conversación entre las personas, en un marco de confianza donde podamos profundizar temas. No es una plataforma de noticias, sino de espacios seguros donde podamos conversar, donde podamos compartir y recoger reflexiones. Porque creemos que hoy no existe un espacio donde nos podamos encontrar. Ese es uno de nuestros proyectos.
También está lo que comentaba sobre los diálogos evolutivos y regenerativos, que vamos a seguir trabajando como siempre con las Mesas Redondas.
Además, estamos trabajando fuertemente en los Encuentros PROhumana, que son espacios de formación más sistémicos. Los abordamos desde una mirada que busca ampliar lo que se necesita para ser sustentable, mirando más allá e invitando a los improbables. Por ejemplo, viene ahora una actividad sobre lo que hemos denominado en nuestro modelo “la persona líder”. Y hemos invitado a personas muy distintas, a un líder de una organización no gubernamental relevante en nuestro país, a un experto en liderazgo, y también a una empresa que está haciendo todo un trabajo con la psicología positiva. Con ello queremos habitar otros espacios para poder comprender la realidad de una forma más renovada, más sistémica. En ese sentido, queremos generar incluso una charla con John Elkington en el marco del libro que lanzó.
Otro punto que quiero destacar también es el foco al que estamos volviendo con PROHumana, porque nos llamamos así por algo y no porque suena bonito. Tiene que ver con cómo nosotros, como seres humanos, evolucionamos y crecemos para hacer un mundo mejor, en el amplio sentido de la palabra. Porque pareciera que lo único que nos queda finalmente, si no hacemos un cambio profundo de cómo somos como líderes, cómo actuamos, cuál es la guía que nos orienta para generar desarrollo, vamos a seguir encapsulados en los problemas que estamos viendo. Ese es el motivo por el cual PROhumana sigue haciendo su trabajo. Está tomando una fuerza grande, y por eso las Mesas Redondas están facilitando ese espacio de conversación y de reflexión personal con respecto al liderazgo, de cómo se hace un cambio en ti como líder también para generar cambios al interior de la empresa.