La Fundación IFRS ha presentado un informe que detalla avances significativos, pero también evidencia persistentes retos, en la divulgación global de información climática corporativa. Este informe, elaborado para el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), arroja luz sobre el complejo camino hacia la adopción tanto de estándares obligatorios como voluntarios relacionados con el clima, a medida que la urgencia de proporcionar datos relevantes a los mercados de capitales se vuelve ineludible.
Foto: Emmanuel Faber, presidente del ISSB.
Desde que el International Sustainability Standards Board (ISSB) lanzó sus estándares, más de 1,000 empresas los han incorporado en sus informes, y 30 jurisdicciones se encuentran en diversas etapas de implementación en sus marcos legales y regulatorios. Este avance se enmarca en el vacío dejado por la disolución de la Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD) en 2023, lo que llevó a la Fundación IFRS a asumir la responsabilidad de medir y reportar el progreso en estas divulgaciones.
Transparencia parcial y falta de información crítica
El informe resalta una realidad desafiante: aunque un 82% de las empresas divulgan información alineada con al menos una de las 11 recomendaciones de la TCFD, menos del 3% cumplen con la totalidad de las directrices. Esto significa que los datos clave sobre gobernanza, estrategias climáticas, gestión de riesgos y métricas no se divulgan de manera integral. La consecuencia es clara: los inversores, que dependen de esta información para valorar adecuadamente los riesgos y oportunidades relacionados con el clima, se encuentran desinformados.
Esta brecha informativa pone en cuestión la efectividad de las actuales prácticas de divulgación y resalta la importancia de las medidas regulatorias que están en marcha para subsanarla. La adopción de los Estándares ISSB, respaldada por la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) en julio de 2023, se posiciona como un catalizador para uniformar y robustecer las prácticas de divulgación.
Hacia una estandarización regulatoria global
Sumado al informe anterior, un análisis separado de la Fundación IFRS subraya que, de las 30 jurisdicciones que están avanzando en la adopción de los Estándares ISSB, 29 ya han incorporado la divulgación de las emisiones de gases de efecto invernadero de Alcance 3, aunque algunas ofrecen períodos de transición. También se destaca el valor de los requisitos sectoriales: 28 jurisdicciones han optado por incluirlos o los están considerando, mientras que solo dos permitirán inicialmente que estas divulgaciones sean voluntarias.
Los autores advierten, sin embargo, sobre el peligro de una fragmentación regulatoria. Las empresas multinacionales y los inversores temen que, si las jurisdicciones modifican extensamente los Estándares ISSB, se termine reemplazando el actual mosaico de iniciativas voluntarias por un conjunto igualmente desconectado de normativas. Esta preocupación impulsa llamados a una mayor alineación global para facilitar un sistema de divulgación eficiente y comparable a nivel mundial.
Estándares sectoriales: Un pilar fundamental
Un aspecto crucial del nuevo marco es la adopción de requisitos específicos por industria, respaldados por los Estándares SASB. Estos estándares sectoriales son los únicos establecidos globalmente para divulgaciones de sostenibilidad y se integran en el ISSB para facilitar una implementación de alta calidad. Este enfoque sectorial es visto como esencial por los actores del mercado para comprender mejor los riesgos y oportunidades específicos que enfrentan las distintas industrias.
En palabras del presidente del ISSB, Emmanuel Faber: “Este informe destaca un progreso significativo en la divulgación de información climática. Pero queda trabajo por hacer: los inversores aún no reciben toda la información que necesitan para valorar adecuadamente los riesgos y oportunidades de sostenibilidad. Vemos un creciente impulso motivado tanto por regulaciones como por decisiones voluntarias de las empresas”.
Un escenario en evolución
El informe de la Fundación IFRS, junto con el informe de progreso publicado por el FSB, es una señal de que los esfuerzos por mejorar la transparencia climática corporativa están ganando tracción, pero enfrentan desafíos complejos. En última instancia, la introducción de estándares más rigurosos y comparables es vista como un paso vital para el funcionamiento eficiente de los mercados de capitales y para enfrentar los riesgos climáticos que afectan al mundo entero. La cuestión ahora es si estos esfuerzos lograrán cerrar las brechas de información y si el impulso actual será suficiente para construir un sistema global verdaderamente efectivo.