Cómo pueden los CSOs empoderar a los líderes de RRHH para acelerar la transformación empresarial

Frente a la creciente presión por alcanzar metas ambientales, sociales y de gobernanza, las empresas se ven obligadas a integrar la sostenibilidad en su estrategia central. Sin embargo, muchos esfuerzos fracasan por falta de capacidades internas, cultura organizacional alineada y liderazgo transversal. En este contexto, la colaboración entre los Chief Sustainability Officers (CSOs) y los líderes de Recursos Humanos (CPOs) se vuelve clave para acelerar una transformación empresarial efectiva y duradera. Los consejos del WBCSD para hacerlo con éxito.

Tradicionalmente, los CSOs han liderado las estrategias vinculadas a criterios ESG. Pero en el contexto actual, donde la sostenibilidad deja de ser una función aislada y se convierte en un imperativo transversal, los líderes de sostenibilidad necesitan apoyarse en sus pares de Recursos Humanos para convertir las metas en resultados tangibles. ¿La razón? Los Chief People Officer’s (CPOs) son quienes gestionan el activo más estratégico para cualquier organización: su gente. Y por lo tanto, son los mejores posicionados para traducir la ambición sostenible en comportamientos, competencias y cultura organizacional.

En ese sentido, el informe “Empowering People, Driving Change” elaborado por el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD), explica cómo pueden los líderes de sostenibilidad empoderar a sus colegas de Recursos Humanos.

Para el WBCSD deben hacerlo de la siguiente manera:

  • Conectar la estrategia con el propósito. El primer paso es construir una narrativa poderosa que explique por qué la sostenibilidad es relevante para la organización y cómo cada colaborador puede contribuir desde su rol. Esta narrativa, diseñada por el CSO y adoptada por los equipos de RRHH, permite anclar la transformación en un propósito común y movilizar el compromiso de toda la plantilla. No se trata solo de comunicar iniciativas, sino de generar sentido y pertenencia en torno a la agenda sostenible.
  • Activar equipos interfuncionales. Otra palanca clave es la creación de equipos conjuntos entre sostenibilidad y RRHH. Estos espacios permiten compartir conocimientos, co-diseñar soluciones y garantizar que las decisiones en materia de talento estén alineadas con los objetivos ESG. Desde rediseñar procesos de onboarding con foco en sostenibilidad, hasta incorporar criterios ambientales en los sistemas de evaluación y recompensa, las oportunidades son múltiples.
  • Mapear y desarrollar capacidades críticas. Uno de los mayores cuellos de botella para avanzar en sostenibilidad es la falta de capacidades adecuadas. Los CSOs pueden ayudar a RRHH a identificar las competencias técnicas y comportamentales necesarias para cumplir con los objetivos a mediano y largo plazo. Esto incluye habilidades como pensamiento sistémico, gestión del cambio, liderazgo ético y conocimientos específicos en temas como economía circular, biodiversidad o derechos humanos.
  • Capacitar a los equipos de RRHH en sostenibilidad. Para que el área de talento lidere con propiedad esta transformación, necesita primero comprenderla a fondo. En este sentido, los CSOs pueden impulsar programas de formación interna para sensibilizar a los equipos de RRHH sobre tendencias, riesgos, regulaciones y buenas prácticas en sostenibilidad. Esto no solo fortalece su rol estratégico, sino que los convierte en agentes activos del cambio cultural.

De la colaboración a la ventaja competitiva

Para el WBCSD, en un entorno donde las expectativas sobre el rol social y ambiental de las empresas siguen creciendo, articular una agenda de sostenibilidad eficaz requiere más que declaraciones ambiciosas. Requiere una organización alineada, personas capacitadas y una cultura que respalde el cambio.

Es por eso que explican que la colaboración entre CSOs y CPOs no solo responde a esa necesidad: la anticipa. Al trabajar en conjunto, estos líderes pueden construir las condiciones internas para que la sostenibilidad no sea solo una estrategia, sino una práctica cotidiana, integrada y con impacto real. Porque ninguna estrategia, por ambiciosa que sea, puede prosperar sin el compromiso y la capacidad de las personas que deben llevarla a cabo.

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