En un contexto marcado por la creciente complejidad de las relaciones sociales y empresariales, PROhumana ha puesto al descubierto los retos fundamentales que enfrenta la sociedad en materia de diálogo y construcción de confianza. Bajo el título “Diálogos Evolutivos – Regenerativos: Navegar en la nueva Era del Vínculo“, la organización ha revelado algunas claves que apuntan a la necesidad de repensar y revitalizar la forma en que nos relacionamos en todos los ámbitos.
El informe, resultado de 5 jornadas de diálogo y reflexión que contó con la participación de 56 líderes representativos de diversos sectores, ha destacado la fractura de las confianzas como uno de los principales obstáculos que frenan la generación de diálogos efectivos. Según PROhumana, esta fractura se debe en gran medida a la falta de valoración de las instancias de diálogo, los interlocutores y las ideas que estos representan en pos del bien común.
El lanzamiento en línea de la Mesa Redonda contó con la presencia de más de 70 líderes representativos del sector público, privado, sociedad civil y academia. Durante el evento, José Miguel Berguño de SQM, Liesbeth van der Meer de Oceana, Patricia Valenzuela de Enaex, y Soledad Teixidó, Fundadora de PROhumana, lideraron un enriquecedor diálogo que subrayó la importancia de abordar esta temática con una visión estratégica y, sobre todo, humana.
Soledad Teixidó enfatizó que los diálogos son procesos evolutivos que requieren de una comprensión profunda y una constante transformación para lograr la regeneración de las relaciones. Los participantes destacaron la necesidad de establecer un propósito común en la sociedad, con el Estado desempeñando un papel crucial en la articulación de las partes en base a un proyecto claro e inspirador.
Principales conclusiones de la Mesa Redonda
Entre las características humanas habilitantes para el diálogo, y que no se están visualizando, el informe de PROhumana destaca lo siguiente:
- Humildad intrínseca: aproximarse al diálogo reconociendo que no se tiene la certeza absoluta, ni todo el conocimiento de las múltiples variables que lo componen. Mostrar vulnerabilidad y adaptabilidad no significa perder espacio en la instancia, sino que al contrario, es un habilitador para que la contraparte también se abra y crezcan los espacios de confianza.
- Empatía y compasión radical: Una instancia de diálogo puede significar el cambio radical de vida de la contraparte o afectar el cómo conciben la realidad. No se puede abordar con ligereza, distancia o tecnicismos. Debe existir un ejercicio de identificación, de involucramiento desde las emociones que ello provoca.
- Reconocimiento de la Cosmovisión: El cómo interpreta el mundo una persona o colectivo, en base a su experiencia y propia naturaleza, determinará los modos adecuados en que el diálogo se debe dar para sintonizar con esas creencias y realidad. Se debe conocer, comprender y valorar.
- Coherencia y consistencia personal y colectiva: el diálogo no es sólo palabras; acciones y comportamiento también lo constituyen. Se hace clave un ser y hacer incuestionable, tanto de la persona que interactúa, como de la organización a la que representa. De no ser así, por más instancias que se ejecuten, no creará la confianza necesaria de un diálogo cooperativo.
- Honestidad: saber transparentar las necesidades, exceptivas y reales posibilidades de intervención para la transformación, permite dar paso a un diálogo transparente. La falta de verdad en conversaciones o incumplimiento de lo acordado, genera rabia y desvincula.
- Flexibilidad adaptable: Reconocer la complejidad en la que la sociedad se desarrolla, humaniza y conecta. No debe evadirse, sino que tomar consciencia del entorno cambiante, de las necesidades actuales. Adaptarse a la fluctuante realidad y flexibilizar los modos aprendidos hasta ahora.
La Mesa Redonda está disponible para su consulta pública y gratuita en la web de PROhumana en el siguiente link: https://goo.su/NdzylX