El cierre de USAID y la urgencia de innovación financiera para las OSCs

El reciente desmantelamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) anunciado por Donald Trump ha generado un impacto significativo en el financiamiento de organizaciones de la sociedad civil (OSCs) en América Latina y otras regiones del mundo. Ante la pérdida de un apoyo fundamental que, solo en 2024, aportó 2.300 millones de dólares a la región, se hace urgente replantear las estrategias de financiamiento para estas organizaciones. Iván Buffone, líder de innovación estratégica de GDFE, sostiene que la adopción de mecanismos como la inversión de impacto, las finanzas sostenibles y la cooperación estratégica con el sector privado pueden ofrecer nuevas vías para garantizar la sostenibilidad de las OSCs, incluso en un contexto cada vez más desafiante y complejo.

Foto: Iván Buffone, líder de innovación estratégica de GDFE.

El reciente anuncio del presidente Donald Trump sobre el desmantelamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el recorte de financiamiento a numerosas agencias y organismos internacionales ha generado una profunda preocupación en la comunidad internacional. Desde su fundación en 1963, USAID ha sido un pilar esencial en el apoyo a proyectos humanitarios y causas sociales en todo el mundo. También ha sido una herramienta clave de la política exterior estadounidense para la promoción de sus valores y objetivos estratégicos.

Su abrupto recorte no solo afecta la continuidad de programas vitales para diversas comunidades, sino que también deja a muchas organizaciones de la sociedad civil (OSCs) en una situación de vulnerabilidad financiera.

En América Latina, el impacto es significativo, ya que USAID aportó 2.300 millones de dólares en 2024. Cáritas Colombia ha advertido sobre el riesgo que corren 15.000 beneficiarios de sus programas y la posible suspensión de más de 150 profesionales a cargo de estos proyectos. En Perú, según información de la Cancillería, más de 60 ONG han sido afectadas por la interrupción de estos fondos. En Argentina, aunque el país no ha sido un receptor significativo de fondos de USAID en los últimos años, la suspensión afecta indirectamente a organizaciones que colaboran en proyectos regionales.

Estos ejemplos evidencian la urgencia de explorar y adoptar nuevas estrategias de financiamiento para garantizar la continuidad de sus misiones y proyectos.

Un cambio de paradigma ineludible: oportunidades en el ecosistema financiero

Históricamente, las OSCs han dependido de la cooperación internacional, organismos multilaterales y filantropía tradicional. Este modelo es cada vez más inestable y allí es donde la inversión de impacto y las finanzas sostenibles emergen como oportunidades clave para las organizaciones dispuestas a adaptarse.

Las OSCs deben dejar de ver el mercado financiero como un espacio ajeno y comenzar a articularse con él de manera estratégica. Los fondos de impacto, los bonos sociales y ambientales y otras herramientas de financiamiento innovador representan nuevas fuentes de capital que permiten no solo la supervivencia sino también la posibilidad de escalar su acción.

En este nuevo escenario, las OSCs pueden acceder al mercado financiero de dos formas clave:

  • Acceso directo: Desarrollando modelos de negocio con capacidad de repago, atrayendo inversionistas interesados en impacto social y ambiental y utilizando instrumentos financieros adecuados.
  • Asociaciones con otros tomadores y el impacto como servicio: En lugar de solo buscar financiamiento para proyectos, pueden ofrecer su capacidad de generar impacto social y ambiental como un servicio dentro de estructuras de financiamiento más amplias, colaborando con empresas o entidades con acceso a financiamiento.

Además, la acción colectiva entre organizaciones puede ser un factor clave para generar confianza en el sector financiero, creando plataformas conjuntas de financiamiento, fondos de impacto compartidos o redes colaborativas que maximicen su acceso al capital.

El continuo de capital y la oportunidad de conquistar nueves fuentes de inversión

Para garantizar su sostenibilidad, las OSCs deben comprender y posicionarse dentro del continuo de capital, que abarca desde la filantropía tradicional hasta la inversión convencional con retorno financiero. Este continuo, además, incluye:

  • Inversión ESG (Ambiental, Social y Gobernanza): Incorpora factores de sostenibilidad en la toma de decisiones de inversión, minimizando riesgos y alineándose con mejores prácticas.
  • Inversión de Impacto: Busca generar impactos sociales y ambientales medibles junto con retornos financieros, diferenciándose entre enfoques de “finanzas primero” e “impacto primero”.
  • Venture Philanthropy o Filantropía Estratégica: Ofrece capital paciente y concesionario, permitiendo a los proyectos sostenibles acceder a financiamiento con expectativas de menor rentabilidad y mayor riesgo.

En los últimos años han surgido diversos instrumentos para acceder a estas fuentes de financiamiento, como Obligaciones Negociables sociales, verdes y sostenibles, así como fideicomisos de impacto. Un modelo atractivo es el Blended Finance, que combina fondos filantrópicos y capital concesionario con inversiones privadas que esperan retorno financiero, optimizando costos y atrayendo capital comercial.

Las OSCs deben fortalecer su capacidad de medición de impacto y adaptar su estructura organizativa para acceder a estas oportunidades. La cooperación internacional y la filantropía seguirán existiendo, pero es fundamental que las organizaciones aprendan a generar recursos propios y atraer inversionistas alineados con su misión.

El mercado financiero como “cuco”: mitos y realidades

Uno de los mayores desafíos que enfrentan las OSCs en su transición hacia modelos financieros sostenibles es la percepción del mercado financiero como un ámbito hostil. Este temor es mutuo: mientras que muchos bancos e inversores ven la inversión de impacto como riesgosa, las OSCs y los emprendedores sociales suelen percibir el sistema financiero como inaccesible o incompatible con su misión.

Es fundamental derribar estos mitos y fomentar el conocimiento sobre las oportunidades que se ofrecen en la actualidad. La clave está en generar puentes entre ambos mundos, capacitar a las OSCs en herramientas financieras y facilitar mecanismos que permitan a los inversores confiar en el valor del impacto social y ambiental como un retorno legítimo y medible.

Desafíos para las OSCs en estas fuentes de financiamiento

El acceso a nuevas formas de financiamiento plantea oportunidades, pero también desafíos:

  • Modelos de ingresos sostenibles: Transformar la lógica operativa para atraer inversión sin perder la misión social.
  • Capacidad de repago: Demostrar cómo devolver el capital invertido o justificar el valor del impacto generado.
  • Medición de impacto: Fortalecer la capacidad de reportar resultados con métricas claras, verificables y valoradas por el mercado.
  • Marco legal y regulatorio: Muchas OSCs, por ejemplo las fundaciones en Argentina, enfrentan restricciones legales que dificultan su acceso a instrumentos financieros innovadores, lo que requiere cambios en su estructura o la creación de alianzas estratégicas.
  • Atracción de talento especializado: Incorporar capacidades técnicas en financiamiento, inversión y relaciones con el sector privado.

Incentivos de Bien Público: una vía para acelerar la transición

En este contexto de transformación, los Incentivos de Bien Público, promovidos por el Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE), pueden desempeñar un rol clave en la inserción de las OSCs en el ecosistema financiero. Estas herramientas de política pública buscan reconocer a los actores capaces de alinear su actividad y capital con la generación de impacto social y ambiental, facilitando el acceso de las OSCs a recursos innovadores y fomentando inversiones estratégicas en el sector que fortalecerán nuestro entramado social.

Sin embargo, para que estos incentivos sean efectivos a gran escala, es clave que las OSCs trabajen de manera colaborativa, impulsando cambios normativos y desarrollando iniciativas conjuntas que fortalezcan la financiación del sector y sus causas.

La revitalización de la cultura filantrópica: un complemento esencial

Si bien la innovación financiera y la inversión de impacto son claves para la sostenibilidad de las OSCs, la filantropía sigue desempeñando un rol fundamental. Es necesario revitalizar una cultura filantrópica más estratégica y sostenible, basada en la colaboración multiactoral, la medición de impacto y el fortalecimiento de capacidades.

Una filantropía evolucionada no solo atiende urgencias, sino que apuesta por soluciones transformadoras con incidencia a largo plazo. Fomentar la participación – de individuos, empresas y fundaciones en el financiamiento de impacto social y ambiental es clave para garantizar que las OSCs puedan seguir cumpliendo su misión.

Un nuevo camino para las OSCs

El cierre de USAID representa un desafío significativo para las OSCs a nivel global. Sin embargo, también es una oportunidad para innovar en sus estrategias de financiación y fortalecer su resiliencia. La adopción de mecanismos como la inversión de impacto y las finanzas sostenibles, complementada con una cultura filantrópica revitalizada y una mayor articulación colectiva, puede ser la clave para garantizar su sostenibilidad. Trabajar en red y en coalición con otros actores públicos y privados permitirá a las OSCs potenciar su capacidad de incidencia, diversificar sus fuentes de financiamiento y potenciar su impacto. Audacia y vocación en el mundo social nunca faltaron, y deben ser la base para lanzarse en busca de esta nueva posibilidad.

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