Por José Toledo, LATAM Sustainability Manager IFP, International Family Care and Professional en Kimberly-Clark.
Foto: José Toledo de Kimberly-Clark.
En un contexto global donde la sustentabilidad se convirtió en parte de lo que demandan tanto consumidores como inversores, e incluso los propios gobiernos, es importante expandir las fronteras de nuestro trabajo. Hoy, todas las industrias están reconociendo el inmenso valor de integrar los principios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés) en sus operaciones, no solo como un estándar de cumplimiento regulatorio, sino como una manera de fomentar el crecimiento sostenible y crear valor a largo plazo para las personas y la sociedad.
En Kimberly-Clark Professional™ nuestro propósito de ofrecer un mejor cuidado para un mundo mejor es un llamado a la acción. Como una de las empresas líderes del sector del consumo masivo, creemos que debemos tomar esta oportunidad para impulsar el cumplimiento de metas de sustentabilidad cada vez más ambiciosas. Esto hará que podamos no sólo promover el crecimiento económico sostenible de nuestra región, sino también establecer los más altos estándares en cuanto a prácticas de transparencia, rendición de cuentas y gobierno corporativo en las organizaciones.
Azules por naturaleza, verdes por elección
En 25 años en Argentina, nos encargamos de pensar a la sustentabilidad como parte fundamental de nuestro trabajo, tanto puertas adentro de la compañía como de cara a nuestros clientes y la comunidad. Por este motivo, y en contexto de nuestro aniversario, nos animamos a ir aún más lejos: presentamos la estrategia de sustentabilidad “Azules por Naturaleza, Verdes por Elección”. Se trata de un compromiso desafiante a nivel regional ya que define al impacto positivo en torno a tres logros fundamentales: la gobernanza responsable, la protección ambiental y el impacto social.
Argentina es un mercado foco en la región, siendo el principal país con potencial de crecimiento en Latinoamérica, y el tercero más grande detrás de Colombia y Costa Rica. Por eso, por ejemplo, el año pasado se reabrió La Usina, un espacio de generación de valor, co-creación con clientes, proveedores y público interno. Impulsamos a crear valor conjunto, lo que se traduce en espacios más seguros, limpios y sostenibles.
Trabajar en y por la región
Sabemos que América Latina concentra cerca de la mitad de toda la biodiversidad del planeta y alrededor de un tercio de los recursos globales de agua dulce. Tres de los cinco países con mayor diversidad de aves, anfibios, mamíferos, reptiles, peces y plantas se ubican en esta región, que además alberga un 46.5% de los bosques del mundo. Proteger la biodiversidad, los recursos naturales, y a nuestras comunidades, es una prioridad que debemos asumir como sociedad. Esto, entendiendo que el camino hacia un futuro más sostenible parte desde el presente, con nuestras actuales prácticas, estándares y oportunidades de mejora. Por todo esto, sentimos que tenemos la responsabilidad de alinear nuestra operación con este propósito.
Como compañía asumimos el compromiso de reducir en un 50% nuestra huella ambiental para 2030. Esto implica, por ejemplo, alcanzar un 100% de envases reutilizables, reciclables o compostables para ese mismo año.
A nivel regional, hemos logrado reducir un 35% el consumo de agua en nuestras instalaciones. Implementamos paneles solares y maximizamos el uso de energías limpias. También, hemos incorporado hasta un 50% de plástico reciclado en los envases de nuestros productos, con planes de aumentar esta cifra al 70% hacia el 2030. Y además, ninguna de las fábricas en la región envían residuos a vertederos: nuestra planta productora de Wypall acaba de ser rubricada ya por SGS como Zero Waste to landfill (Cero residuos a rellenos sanitarios), la primera en recibir esta certificación.
Impacto social positivo
Otro aspecto importante del impacto positivo pasa por lo social, y para ello es necesario llegar efectivamente a las comunidades. En Fundación Sí encontramos un aliado, ya que la conjugación de nuestras experiencias nos ha permitido lograr un aporte significativo. Hemos donado más de 2,5 millones de metros de papel higiénico Scott, que cubre un año completo del consumo de las 26 residencias que alojan a más de 900 estudiantes, además de jornadas de voluntariado corporativo con colaboradores de la compañía y otros aliados. Así, buscamos no sólo satisfacer una necesidad básica en sus residencias, sino también ayudar a liberar recursos económicos que permitan a la fundación expandir sus programas educativos y brindar un apoyo integral a los jóvenes estudiantes.
Creemos que esta es la ruta para convertir a América Latina en un referente global en materia de sustentabilidad, con Argentina como una pieza clave. Continuando con la confianza en el país, y apoyándonos en el liderazgo empresarial y en la experiencia de nuestros socios, podemos seguir avanzando en la construcción de un mundo más seguro, saludable y próspero para las próximas generaciones, con oportunidades equitativas y una sólida promesa de cuidado del medioambiente y las personas.