La dimensión psicológica y cultural de los sistemas es frecuentemente ignorada, pero es fundamental para abordar crisis globales como el cambio climático, afirman Jamie Bristow y Rosie Bell en un artículo reciente publicado por el Grantham Research Institute de la London School of Economics. Afirman que aunque existen herramientas políticas, innovaciones tecnológicas y recursos necesarios, la humanidad no ha actuado con la rapidez y profundidad necesarias para evitar catástrofes.

En 1972, el Club de Roma impactó al mundo con la publicación de “Los límites del crecimiento”, un informe que utilizó modelos informáticos avanzados para proyectar los impactos del crecimiento económico desmedido en un planeta con recursos finitos. Este informe ayudó a establecer las bases del movimiento global de sostenibilidad. Sin embargo, cincuenta años después, su secuela, “Earth for All“, revela que muchas de las lecciones aprendidas no se han aplicado. Aunque el informe presenta un tono optimista, su análisis es un llamado a una transformación socioeconómica radical para evitar un colapso ecológico y social.
Según Bristow y Bell, “Earth for All” actúa como una lista de tareas urgentes: políticas globales que deben implementarse rápida y decisivamente para evitar trayectorias de colapso. El informe presenta objetivos ambiciosos para estabilizar la temperatura y el crecimiento poblacional, reducir el uso de materiales y abordar la pobreza y la desigualdad. No obstante, persisten preguntas esenciales: ¿quién debe actuar y, lo más importante, qué nos detiene?
Factores internos en juego
A pesar de contar con las herramientas políticas, innovaciones tecnológicas y recursos necesarios, la humanidad ha fallado consistentemente en actuar con la rapidez y profundidad requeridas para evitar catástrofes. Siete expertos en la intersección del “cambio interno-externo” han unido sus fuerzas para explicar por qué. En un reciente documento titulado “The system within: Addressing the inner dimensions of sustainability and systems transformation“, publicado por el Club de Roma como parte del proyecto Earth4All, estos expertos exploran la dimensión interna humana de la acción colectiva necesaria. Destacan las transformaciones profundas requeridas no solo en nuestras estructuras socioeconómicas, sino también en la cognición y cultura humanas.
Bristow y Bell señalan que las dimensiones internas de la sostenibilidad son frecuentemente eclipsadas por prioridades materiales en las discusiones políticas de alto nivel. Desde el auge del consumismo impulsado por valores materialistas hasta la fragmentación de la identidad colectiva y los sesgos innatos que afectan nuestras percepciones y comportamientos políticos, los factores internos están constantemente en juego, moldeando nuestro mundo externo. Esta arena de mentalidades fue descrita por la influyente pensadora ambiental Donella Meadows como el “punto de apalancamiento más profundo para el cambio“.
Elementos de la dimensión interna
Los elementos internos frecuentemente ausentes en el pensamiento sistémico pueden entenderse en dos categorías, según Bristow y Bell. Primero, el papel de los paradigmas o sistemas de significado en la configuración de estructuras y comportamientos sociales. Las narrativas culturales básicas sobre el mundo son comúnmente experimentadas como la realidad misma, lo que puede llevar a una ceguera en las sociedades individualistas ante la interdependencia de toda la vida. Segundo, se necesita una mejor conciencia de los estados subjetivos transitorios y los rasgos psicológicos duraderos que impulsan el comportamiento y la creación de significado a nivel individual y colectivo.
Reimaginando estrategias de cambio sistémico
Con estos factores en mente, Bristow y Bell sugieren una reimaginación holística de las estrategias de cambio sistémico: un enfoque dual que cambie tanto las estructuras visibles y externas de la sociedad como los paisajes internos invisibles de la mente y el corazón humanos. Modelos emergentes buscan desarrollar capacidades en líderes, apoyar cambios de mentalidad en equipos y organizaciones, y fomentar iniciativas integrales para el florecimiento individual, societal y planetario.
En “Earth for All“, se proponen cinco giros extraordinarios en la política global para asegurar un futuro habitable. Además, los autores instan a un sexto cambio esencial: un amplio reconocimiento e integración de la dimensión interna en todos los aspectos del pensamiento sistémico, la formulación de políticas, la asignación de recursos y las estrategias de cambio. “Lograr esto no solo podría desbloquear respuestas adecuadas a las crisis que enfrentamos, sino también comenzar a sentar las bases para un mundo más sabio y un florecimiento humano más allá de nuestra capacidad actual de imaginar”, concluyen.