La inclusión socio-económica de personas con discapacidad a través de las compras

Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad,
Keidos & Incluyeme.com presentan su alianza a través de este artículo, explorando cómo las compras y adquisiciones son herramientas estratégicas de inclusión socio-económica, y desarrollo de cadenas de valor inclusivas y diversas.

Foto: Ivan Samkov / Pexels.

Los costos de oportunidad de la discapacidad: Su impacto transformador latente.

Las personas con discapacidad enfrentan barreras significativas en el acceso al empleo, la educación y los servicios sociales, las que limitan su plena participación en la sociedad. En América Latina, cerca del 15% de la población vive con algún tipo de discapacidad, lo que representa aproximadamente 85 millones de personas.

El Banco Mundial ha estimado que la mitad de la población con discapacidad en la región no participa en el mercado laboral; y que en 1 de cada 3 hogares vive con una persona con algún tipo de discapacidad. Se espera que en el futuro dichos datos incrementen debido a que el envejecimiento de la población aumenta con rapidez y la prevalencia de discapacidad lo hace con la edad.

Las personas con discapacidad que a su vez enfrentan factores que afectan sus vidas de manera diferenciada, como sus condiciones socioeconómicas o migratorias, e inclusive su género, son consideradas particularmente aún más vulnerables debido a la intersección y profundización de estas desventajas.

Está claro que la falta de acceso a oportunidades, tanto educativas como laborales, limita la autonomía económica de las personas con discapacidad, influye en su desarrollo pleno en la sociedad frente a la reducción de sus posibilidades de inserción social y contribuye a la perpetuación de ciclos de pobreza.

La fuerza catalítica de las compras orientadas a enfoques de Valor.

Ante este panorama, las compras y contrataciones en niveles públicos como privados, cuentan con el enorme potencial para cambiar esta realidad, siendo una poderosa herramienta que las organizaciones como los Estados, pueden utilizar para contribuir activamente al desarrollo socioeconómico de las personas con discapacidad y reducir la existencia de estas desigualdades estructurales.

En ese sentido la Agenda 2030 recoge esta premisa en las metas 12.6 y 12.7 del ODS 12 “Producción y consumo responsables”, al reconocer cómo estos procesos además de fomentar patrones de consumo y producción sostenibles, pueden impactar positivamente en las organizaciones que los implementan y todos sus stakeholders, dado que impulsa el desarrollo sostenible al integrar la diversidad e inclusión en procesos de contratación de bienes y servicios.

La discapacidad como una de las tantas dimensiones de la sostenibilidad puede incorporarse en aquellos procesos bajo un enfoque basado en valores, adoptando prácticas de equidad, promoción de la igualdad de oportunidades y no discriminación. Implementar este enfoque en las compras y contrataciones contribuye a su vez al desarrollo de cadenas de suministro inclusivas, diversas y resilientes.

Como vector integrado en los procesos de adquisición, la discapacidad también habilita a las organizaciones a convertirlos en motores clave para promover el respeto y la protección de los derechos humanos en sus propias actividades y, también, su trazabilidad a toda la cadena de valor. Como al exigir a proveedores estratégicos que comuniquen sus prácticas bajo indicadores de desempeño sobre discapacidad y accesibilidad.

Así las compras o contrataciones con una clara y definida orientación a tener un impacto positivo en las personas con discapacidad, representan una de las tantas formas que existen para promover su inclusión y empoderamiento. Al ser procesos ya conocidos por las organizaciones se presentan como un medio para ejercer una influencia positiva que ofrecen soluciones concretas con múltiples beneficios también para quienes los implementan. Ya que puede ser utilizado para recolectar evidencia y datos objetivos en toda la cadena de valor, particularmente en vista de la creciente atención regulatoria hacia la transparencia y la trazabilidad en las mismas.

De ese modo además de promover la innovación y colaboración entre los compradores y sus proveedores, contribuye a una mejor gestión de los riesgos asociados y desarrollo de mayor resiliencia. Adicionalmente estos procesos resultan en un instrumento para desarrollar una ventaja competitiva tanto para la oferta como para la demanda, al incorporar a cadenas de suministro globales emprendimientos de propiedad de o que emplean a personas con discapacidad, materializando el valor compartido con la igualdad e inclusión de la discapacidad.

Este tipo de prácticas demandan de un trabajo articulado con proveedores para conocer el estadío de su madurez y desarrollo del mercado. Al mismo tiempo dentro de las organizaciones implica llevar a cabo sinergías entre todas las áreas capitalizando su interdisciplinariedad. Diseñar e implementar estrategias para aprovechar su máximo potencial será fundamental para la adopción sistemática de este enfoque.

Dónde sucede la inclusión: Nociones de las compras sostenible e inclusivas

El uso de diferentes términos para conceptualizar sobre estos procesos muchas veces dificulta su implementación y escala en las organizaciones. Considerar la sostenibilidad y la inclusión como variables en las decisiones de adquisiciones, significa su integración en todo el ciclo de adquisiciones, desde su planificación hasta la ejecución y gestión de los contratos o acuerdos, articulandose siempre con mecanismos que permitan garantizar su cumplimiento.

Una compra sostenible es el proceso por el cual una organización busca satisfacer la necesidad de un bien, servicio u obra generando valor por dinero y basado en un análisis de ciclo de vida, con el fin de obtener beneficios para ésta, la sociedad y el ambiente, reduciendo activamente los impactos negativos sobre el medio ambiente. El concepto de “valor por dinero” expande el concepto de precio con otros elementos, añadiendo otros factores como sus cualidades o beneficios ambientales y sociales.

Por ejemplo, durante la etapa de evaluación de ofertas podrían establecerse cláusulas que promuevan la contratación de personas con discapacidad, otorgando determinada puntuación para aquellos proveedores que emplean determinado porcentaje, el que deberá ajustarse al contexto en donde se opere.

Por otra parte una compra inclusiva, resulta en un proceso más específico ya que busca contribuir activamente a la inclusión social, promoviendo la diversidad en la base de proveedores a través de la inclusión socioeconómica en la cadena de suministro de personas, grupos o comunidades vulnerables o excluidos tradicionalmente, en lo que refiere a la educación, empleo, productividad y capacidades, reconociendo a estos factores como causas de inequidad social.

Debido a las características particulares de estos proveedores sociales, sea por su tamaño, recursos o capacidades, los procesos de compras inclusivas requieren de mayor flexibilidad y adaptabilidad. Como por ejemplo la adquisición de un bien diseñado por emprendimientos o talleres protegidos de personas con discapacidad.

¿Cómo desarrollar una cadena de valor Diversa e Inclusiva? Instrumentos para la acción:

La incorporación de las personas con discapacidad en las cadenas de suministro contribuye a crear ecosistemas productivos más resilientes e innovadores, con los múltiples beneficios en términos sociales y económicos que significa ello.

La oportunidad más significativa de las compras con perspectiva de discapacidad en términos de inclusión y equidad es que emergen como mecanismos de empoderamiento para ellas. Para capitalizar todo su potencial es crucial repensar la lógica que guía estas decisiones, de forma que se considere a la discapacidad como una variable clave.

Ese cambio requiere de una perspectiva estratégica que aborde tanto las prácticas internas como las relaciones externas de la organización con sus proveedores y demás actores en la cadena de suministro. La clave para integrarla en forma sistemática está en disponer de datos sólidos que orienten las decisiones. A mayor información, sobre los retos tanto de la oferta como de la demanda, las brechas de discapacidad y las oportunidades de inclusión, más acertadas y efectivas serán las acciones que se implementen.

Internamente las organizaciones podrán:

  • Adoptar medidas pro inclusivas y objetivos medibles en instrumentos de gestión internos como políticas o procedimientos, para brindar un marco de acción que facilite su gestión e incluya un sistema de monitoreo para favorecer la medición del impacto de los procesos de compras y contrataciones.
  • Desarrollar una evaluación de la composición de cadena de suministro para identificar una línea de base de sus actores.
  • Definir diferentes tipos de estrategia para abordar la discapacidad en los procesos de compras y contrataciones, por ejemplo esquema de preferencias de ofertas, excepción de ciertos requerimientos, entre otros.
  • Formar a los equipos intervinientes, fomentando una cultura de trabajo articulado e interdisciplinario para la adopción de prácticas inclusivas en la cadena de valor, y trabajando sobre potenciales sesgos.
  • Incorporar progresivamente criterios de sostenibilidad junto con mecanismos de verificación que permitan implementar la perspectiva de la discapacidad en las fases de contratación y evaluación de proveedores.

Externamente:

  • Establecer canales de comunicación con actuales y potenciales proveedores.
  • Mapear proveedores y prácticas existentes en materia de discapacidad y su estadío de desarrollo.
  • Desarrollar proveedores que hayan adoptado el enfoque de discapacidad a través de programas específicos para fortalecer sus capacidades y fomentar su contratación sistemática. Dichos programas podrán también contribuir a detener y superar las barreras que impiden o dificultan ser parte de estos procesos.

Otras herramientas:

La Red Global de Negocios y Discapacidad (GBDN) de la Organización Internacional del Trabajo (ILO Global Business and Disability Network: Iniciativa que reúne a empresas de todo el mundo con el objetivo de promover la inclusión de las personas con discapacidad en el entorno laboral.

Alianza de Compras y Contrataciones de Impacto (Procurement Impact Alliance): Es otra iniciativa que busca promover cadenas de suministro inclusivas y accesibles, alentando a las empresas a integrar prácticas que beneficien a las personas con discapacidad. Esta alianza, respaldada por organizaciones como G3ict (Global Initiative for Inclusive ICTs), proporciona herramientas y recursos para que los proveedores, especialmente en mercados emergentes, mejoren su desempeño en materia de discapacidad. Además alienta a las empresas a adoptar prácticas que beneficien a las personas con discapacidad y fomenten una economía más equitativa y sostenible.

Autoevaluación de la Red Global de Empresas y Discapacidad de la OIT (ILO GBDN Self-Assessment): Alineada con los Diez Principios de la Carta de la Red Mundial de Empresas y Discapacidad (GBDN) de la OIT y los principios universales que dan forma a la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la Autoevaluación GBDN permite a cualquier empresa en cualquier país, establecer prioridades de acción a medida que se proponen definir y ofrecer las mejores prácticas que beneficien tanto a las empresas como a las personas con discapacidad.

Los 5 KPI de inclusión de la discapacidad” para facilitar la trazabilidad DEI en cadenas de valor:

  1. Liderazgo – Representación de la fuerza laboral
  2. Objetivos
  3. Capacitación
  4. Grupos de recursos para empleados
  5. Accesibilidad Digital.

En un contexto en donde la sostenibilidad se convierte en un imperativo, la adopción de enfoques inclusivos en los procesos de compras se vuelven esenciales para lograr competencias en discapacidad y accesibilidad en su cadena de valor.

Al priorizarlos las organizaciones pueden valerse del potencial “oculto” fomentando culturas organizacionales que promuevan el empoderamiento del grupo marginado más grande del mundo: las personas con discapacidad, que representan al menos el 16% de la población global.

Para asegurar esta verdadera transformación inclusiva, será esencial darle escalabilidad en las decisiones de compras estratégicas a la perspectiva de discapacidad, considerando las capacidades del mercado y garantizando un desarrollo transparente e integral que asegure el propósito de empoderamiento e inclusión.

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