Con motivo del lanzamiento del primer pote encartonado de Argentina —una innovación que permite reducir la cantidad de plástico utilizada y logra una disminución en el consumo de plástico virgen, junto con un aumento en la utilización de fuentes renovables y de origen sustentable— entrevistamos a Gastón Domínguez, jefe de Desarrollo de Packaging de Mastellone Hnos. Las implicancias para el mercado local, los planes para escalar la tecnología, y los próximos pasos en materia de envases sustentables, entre los destacados.

Foto: Gastón Domínguez, Jefe de Desarrollo de Packaging de Mastellone Hnos.
¿Qué características sustentables tiene el primer pote encartonado del país que están lanzando?
Tiene dos características principales. Una es que continúa siendo de plástico 100% reciclable, en este caso poliestireno. Entre los beneficios más importantes de este proyecto está la posibilidad de disminuir el contenido de plástico de origen fósil.
Para el lanzamiento trabajamos con prototipos que reducen el plástico en un 8%, aunque el potencial de la tecnología se acerca al 20%. Es muy difícil que un primer prototipo logre capturar ese máximo potencial, pero en las siguientes versiones vamos a seguir trabajando para alcanzarlo. La verdad es que resulta muy prometedor, ya que reducir en un 20% el consumo de plástico es un desafío considerable. Por eso vamos a continuar trabajando en esa dirección.
Además, esto está asociado a nuestros pilares de desarrollo dentro del Plan 2030, donde uno de los objetivos es justamente disminuir el uso de plástico virgen.
Otra de las características sustentables de este proyecto tiene que ver con la incorporación de una cartulina que recubre por completo el pote. Se trata de un cartón certificado por FSC, de gestión sustentable, una de las certificaciones más reconocidas a nivel mundial.
Un aspecto importante es que el objetivo no es unir de manera permanente el pote con la faja de cartulina, sino que ambos materiales puedan separarse fácilmente una vez consumido el producto. De este modo, el consumidor puede disponer por separado la parte de plástico y la parte de cartón. Ese es el otro atributo destacable de este proyecto.
¿Qué implicancias tiene esta innovación para el mercado local?
En el mercado local tenemos un retraso en cuanto a los materiales de envase y a la industria del packaging en general. Esto representa un desafío, porque dicho retraso no es voluntario, sino que está vinculado a la situación económica del país. Además, las marcas trabajan mucho sobre los márgenes de sus productos, y el packaging no puede erosionarlos ni jugarles una mala pasada. Por lo tanto, es necesario elegir bien qué estrategia utilizar para contar con un packaging atractivo, pero que al mismo tiempo mantenga un buen equilibrio económico.
Es por eso que, en la región, este es el primer envase encartonado de la industria láctea y de toda la industria en general. Existen otras tecnologías, pero el mercado argentino se caracteriza por el uso de potes de poliestireno con impresión directa. Esto limita mucho el desarrollo y el atractivo visual, ya que la impresión directa pierde nitidez y no alcanza calidad fotográfica. Podría colocarse una funda que lo recubra, pero al hacerlo se estaría sumando más plástico. Ese es un ejemplo de cómo, a veces, compiten objetivos de mediano y largo plazo.
Por eso elegimos esta tecnología, que ya se ve en otros mercados más evolucionados, como el europeo o, en particular, el del Reino Unido. En algunos otros países este tipo de potes existe desde hace 5 o 10 años. Pero en Argentina es el primero, y uno de los primeros en toda Latinoamérica.
¿Hay planes de escalar esta tecnología a otras marcas o categorías?
Es así, justamente por muchos de los atributos diferenciadores de este proyecto. Solo hay que revisar el portafolio para darse cuenta de que debemos continuar por este camino. No solo por la disminución del plástico y el uso de otros materiales sustitutos, sino también por el atractivo visual que esto genera.
Y ese atractivo se sostiene más allá de nuestro compromiso y nuestra responsabilidad como marca, porque fomenta en el consumidor un hábito: el de la separación para su posterior reciclaje.
Así que la respuesta es sí: se vienen cambios para otros productos en los que ya estamos trabajando.
¿Cuáles son los próximos pasos en materia de envases sustentables?
Repasando lo que mencionaba anteriormente, lo que se va a estar trabajando muy fuertemente es la disminución o la menor dependencia de plásticos de origen fósil, reemplazándolos por otros renovables. Hay muchas fuentes nuevas que pueden ser sustitutos de los plásticos.
Muchas veces, cuando le hablamos al público en general del plástico, siempre se imagina que solamente es el packaging primario, el que está en contacto con el alimento. Pero hay muchas estrategias para disminuir el consumo en packagings secundarios u otros materiales de envase que son accesorios y que permiten que el producto llegue en buenas condiciones al comercio, aunque quizás el consumidor ni siquiera los conozca.
Creo que en los próximos años se va a estar dando esta charla y se va a estar fomentando muy fuertemente el uso de materiales reciclados. Esa es la conversación que se viene para la industria.
¿Qué opinan los consumidores sobre este nuevo pote?
Previo al lanzamiento hicimos algunos testeos con consumidores, en los cuales teníamos que explicarles de qué se trataba. Y al consumidor le gusta ser parte de este desafío.
Es un packaging nuevo, más atractivo y visualmente muy llamativo. Pero también tiene una función posterior, y esta tecnología permite eso: hacer que el otro sienta que está contribuyendo a un objetivo en común. Nadie se va a sentir mal por separarlo y disponerlo en el contenedor correspondiente.
Este producto es parte de un Plan de Packaging Sustentable que tiene la compañía. ¿Podría contar más sobre el mismo?
Este es un proyecto que se apoya en varios de los pilares de nuestro Plan 2030. Uno, como mencioné, es disminuir el consumo de plástico virgen.
Otro es aumentar el uso de materiales de fuente renovable, como el papel, el cartón y la cartulina. Pero no de cualquier fuente renovable, sino de una que cuente con certificación de gestión sustentable. Esto nos asegura que la extracción que hacemos de la naturaleza está siendo compensada y que se realiza de forma responsable y segura. Esos son dos de los principales atributos de este proyecto, que se alinean plenamente con los pilares del Plan.
El tercero es, obviamente, fomentar el reciclado: fomentarlo y comunicarlo. En nuestro envase reservamos una buena porción de espacio para contarle al consumidor qué es lo que estamos haciendo. El envase tiene dos logos sustentables aplicados en el frente. Uno es el de Ecoplas, un ente certificador nacional que avala que el envase es de plástico reciclable. El otro es el logo de FSC, que garantiza que la cartulina proviene de fuentes renovables de origen sustentable.


Fotos: los nuevos potes “encartonados” de la línea de quesos untables Finlandia, que combinan sustentabilidad, diseño y una experiencia de consumo mejorada, manteniendo su calidad.