De cara al inicio de las negociaciones destinadas a frenar la contaminación global por plásticos, Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA, pronunció un discurso donde subrayó la urgencia y la necesidad de la cooperación internacional para abordar uno de los desafíos ambientales más persistentes de nuestro tiempo, y destacó la importancia de adoptar medidas concretas y coordinadas.
Esta conferencia fue convocada previo a la cuarta ronda de negociaciones para el nuevo Tratado Global sobre la contaminación por plásticos (INC-4), y prepara el escenario para lo que podría ser un punto de inflexión histórico, reflejando un consenso creciente sobre la necesidad de normas globales integrales y ejecutables para proteger el medio ambiente de una de sus amenazas más persistentes.
Durante su intervención, Andersen explicó la influencia omnipresente de los plásticos en la sociedad moderna, desde su concepción en el siglo pasado hasta la presencia que comandan en nuestra vida diaria hoy en día. Destacó la transición de bienes reutilizables a una cultura de uso único que emergió en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, un cambio que desde entonces ha llevado a una grave degradación ambiental.
“La conveniencia de los plásticos de un solo uso ha venido a un alto costo: inunda nuestros desagües, bloquea nuestros ríos, asfixia nuestros océanos e infiltra nuestros cuerpos“, señaló Andersen, enfatizando la necesidad urgente de un cambio de paradigma en cómo producimos, usamos y desechamos los plásticos.
Con el contexto histórico establecido, Andersen delineó el enfoque multifacético requerido para abordar la crisis. El Tratado propuesto pretende cubrir todo el ciclo de vida de los plásticos, introduciendo medidas para eliminar los plásticos de un solo uso innecesarios, implementar sistemas de relleno y reutilización, reducir los plásticos problemáticos y asegurar que los productos estén diseñados para la circularidad.
Además, Andersen abordó enfoques innovadores como los esquemas de Responsabilidad Ampliada del Productor y pidió una inversión significativa en tecnologías de reciclaje y gestión de residuos sólidos. Subrayó la importancia de abordar los químicos peligrosos en los plásticos, que representan riesgos tanto para la salud humana como para el medio ambiente.
Destacando los esfuerzos colaborativos necesarios para forjar este camino ambicioso, Andersen elogió a la “aldea global”—incluyendo gobiernos, científicos, la sociedad civil, grupos indígenas, el sector privado y la juventud—por su papel en traer estos temas críticos a primer plano.
Las estrategias financieras también forman un componente crucial de las acciones propuestas, con Andersen señalando compromisos recientes del sector financiero, incluyendo una promesa de 160 instituciones financieras que gestionan más de 15,5 billones de dólares en activos para apoyar la declaración de la Iniciativa Financiera del PNUMA sobre la lucha contra la contaminación por plásticos.
Con motivo del Día de la Tierra 2024, Andersen también envió un mensaje contundente: “Que se diga que fue aquí donde cerramos el grifo del plástico“. Su visión para el futuro implica una generación que crezca en un entorno de reutilización y reciclaje, donde se valore y se entienda la importancia de proteger nuestro entorno.
Las negociaciones que se llevan a cabo marcan un momento decisivo. Están puestas las bases para que, posiblemente, se llegue a un acuerdo histórico que podría cambiar nuestra relación con los plásticos y marcar el comienzo de una era más sostenible y responsable con el medio ambiente. El desafío está planteado y la comunidad internacional, según Andersen, no puede permitirse el lujo de fallar.