Se trata de una herramienta que busca ser una hoja de ruta integral para que las empresas en Chile aborden la gestión sostenible del agua, transformando un desafío crítico en una oportunidad estratégica. El documento está estructurado para acompañar a las organizaciones desde el entendimiento del problema hasta la implementación de soluciones avanzadas, con un enfoque práctico y basado en el contexto nacional.

“Esta guía no es solo un manual técnico; es una invitación a liderar una transformación. Propone un camino claro que va desde entender el problema y los riesgos asociados, hasta la implementación de un plan de acción concreto y la adopción de herramientas como la medición de la Huella de Agua y el Certificado Azul. Su objetivo es entregar las consideraciones necesarias para que las empresas no solo optimicen su consumo, sino que aspiren a un impacto regenerativo a través del concepto de “Agua Positiva”, contribuyendo activamente a la seguridad hídrica de las cuencas y comunidades”, explica Margarita Ducci, Directora Ejecutiva de Pacto Global Chile.
Entendiendo por qué la gestión hídrica es relevante para la empresa, la guía detalla los riesgos de una gestión deficiente, que incluyen impactos financieros, operacionales, regulatorios y reputacionales. A su vez, destaca los beneficios de una gestión responsable, como la reducción de costos, el acceso a financiamiento sostenible y el fortalecimiento de la licencia social para operar.
A continuación, se presenta el marco regulatorio clave en Chile, encabezado por la reforma al Código de Aguas (Ley N° 21.435), que prioriza el derecho humano al agua. Además, se abordan normativas específicas sobre aguas grises (Ley N°21.075) y la descarga de contaminantes (DS N°90).
La guía propone cómo abordar el desafío estratégicamente, instando a las empresas a definir el agua como un tema material, desarrollar políticas internas, establecer indicadores de monitoreo alineados con estándares internacionales como la norma ISO 14046 y evaluar continuamente su desempeño.
Para la implementación, se detalla un Plan de Acción Empresarial con medidas concretas en eficiencia hídrica, seguridad hídrica comunitaria, soluciones basadas en la naturaleza, gestión de efluentes (aguas servidas, grises y RILes) e innovación, como la desalinización y la recirculación.
Se describen las herramientas a usar, principalmente la medición de la Huella de Agua para cuantificar los impactos ambientales del uso del recurso y el Certificado Azul, un acuerdo de producción limpia que fomenta el uso eficiente y sostenible del agua en las empresas chilenas.
Finalmente, el documento plantea hacia dónde aspirar: el concepto de Agua Positiva. Este enfoque busca que las organizaciones no solo minimicen su consumo, sino que contribuyan activamente a reponer más agua de la que utilizan, generando un impacto neto positivo en las cuencas donde operan.
“Confiamos en que este esfuerzo servirá de inspiración y apoyo para que más organizaciones se sumen a este desafío impostergable. Enfrentar la crisis hídrica requiere del compromiso de todos, y el sector privado tiene la capacidad y la responsabilidad de liderar con el ejemplo, impulsando un futuro donde el desarrollo sostenible y la justicia hídrica avancen de la mano”, agregó Margarita Ducci.