El giro pragmático de la sostenibilidad: la tendencia destacada del primer trimestre de 2025

El primer trimestre de 2025 revela un cambio de tono en la sostenibilidad corporativa: más pragmatismo, mayor presión regulatoria y tensiones geopolíticas que obligan a redibujar prioridades.

Las empresas están entrando en una nueva fase de la sostenibilidad corporativa, una marcada por el reajuste de prioridades y la búsqueda de resiliencia ante un entorno político, económico y climático cada vez más complejo. Así lo revela el informe Sustainability Trends Quarterly Outlook de abril de 2025, elaborado por ERM Sustainability Institute, que identifica cuatro grandes tendencias que están moldeando las decisiones estratégicas del sector privado.

Cadenas de suministro en la mira

La intensificación de las disputas comerciales —particularmente los aranceles impuestos por Estados Unidos y las respuestas de países afectados— está impulsando a las empresas a reevaluar sus cadenas de suministro. Según ERM, muchas compañías están modificando sus estrategias para mitigar riesgos asociados a esta volatilidad, con un impacto especialmente significativo en el sector de energías limpias de EE.UU., que enfrenta desafíos debido a su limitada capacidad de manufactura nacional.

Finanzas sostenibles bajo presión

Otro foco de atención es la evolución de las finanzas sostenibles. Tras el retiro de varias instituciones financieras influyentes de alianzas climáticas como las promovidas por la ONU, crece la incertidumbre sobre la viabilidad de ciertos compromisos de inversión alineados con el objetivo de cero emisiones netas. Pese a ello, emergen nuevas iniciativas público-privadas que demuestran un interés persistente en canalizar capital hacia proyectos sostenibles, aunque con mayores tensiones entre regulación y ambición climática.

Revisión de metas climáticas

En medio de estas tensiones, muchas empresas están revisando sus objetivos climáticos. Algunas han optado por retrasar o reducir sus compromisos, mientras que otras los han reafirmado, subrayando su valor estratégico a largo plazo. ERM advierte que estos movimientos provocarán reacciones mixtas entre inversionistas, consumidores y reguladores, aunque en muchos casos las consecuencias para quienes incumplan metas podrían ser limitadas.

Un giro hacia lo pragmático

Lejos de abandonar la sostenibilidad, las compañías parecen estar redirigiendo sus esfuerzos para alinearlos mejor con imperativos de negocio. En lugar de iniciativas simbólicas, se observa una apuesta por integrar la sostenibilidad a la rentabilidad operativa. Políticas recientes de la Unión Europea, como el paquete Omnibus y el Clean Industrial Deal, podrían actuar como catalizadores para este cambio, ofreciendo un marco regulatorio que incentive esta integración.

El informe de ERM sugiere que 2025 podría marcar el inicio de una etapa más pragmática y estratégica para la sostenibilidad corporativa, en la que el compromiso sigue presente, pero bajo una lógica más enfocada en la resiliencia y el retorno económico.

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