El Vaticano se convertirá en el primer Estado del mundo 100% abastecido por energía renovable

Gracias a un acuerdo con Italia, construirá una planta que cubrirá la totalidad de su demanda energética y marcará un hito en la transición hacia la neutralidad climática.

Foto: Chait Goli / Pexels.

El Vaticano acaba de firmar un acuerdo con el gobierno italiano para la construcción de una planta agrovoltaica que le permitirá cubrir el 100% de su demanda energética con fuentes renovables. El proyecto —ubicado en la zona extraterritorial de Santa María de Galeria, a 20 km al noroeste de Roma— no solo consolida la posición de la Santa Sede como un actor comprometido con la descarbonización global, sino que la posiciona como el primer Estado soberano en lograr el autoabastecimiento completo mediante energía limpia.

Un acuerdo con impacto climático y geopolítico

El acuerdo bilateral fue firmado el 31 de julio en el Palacio Borromeo, sede de la Embajada de Italia ante la Santa Sede, por Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, y el embajador italiano Francesco Di Nitto. El documento consta de cinco artículos y entrará en vigor una vez que ambas partes concluyan sus procedimientos internos.

Pero más allá de los formalismos diplomáticos, el anuncio representa un avance concreto hacia la meta de neutralidad climática que el Vaticano se propuso de forma pública tras adherir formalmente al Acuerdo de París en 2022. A diferencia de otros Estados que aún dependen de redes eléctricas mixtas, combustibles fósiles o mecanismos de compensación, la Santa Sede optó por una solución de generación directa, a través de un modelo agrovoltaico que combina paneles solares con uso agrícola del suelo.

Energía renovable para toda la operación vaticana

El sistema permitirá abastecer completamente las operaciones del Estado de la Ciudad del Vaticano, incluyendo sus edificios institucionales, museos, servicios administrativos y el sistema de comunicaciones vaticano —Radio Vaticano opera en el mismo sitio desde 1957—. En términos de consumo, se estima que la planta cubrirá una demanda energética equivalente a unos 44 GWh anuales, de acuerdo con estimaciones no oficiales basadas en la infraestructura existente.

La decisión no es simbólica: implica reducir a cero las emisiones vinculadas al consumo eléctrico del Estado, actualmente estimadas en cerca de 18.000 toneladas de CO₂ al año, según cálculos extrapolados de reportes anteriores de la Gobernación vaticana. Esta acción se alinea con la estrategia trazada por el motu proprio Fratello Sole, firmado por el Papa Francisco en 2024, que otorgó mandato expreso a la APSA (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica) y a la Gobernación vaticana para liderar una transición energética ejemplar.

Tecnología agrovoltaica y gobernanza ambiental

La elección por la agrovoltaica no es casual. Este sistema de última generación permite instalar paneles solares en terrenos agrícolas sin comprometer su productividad. Así, se garantiza una doble rentabilidad: producción de energía y mantenimiento del uso agrícola. La planta será diseñada bajo criterios de mínima intervención ambiental, protección del patrimonio paisajístico y equilibrio hidrogeológico del terreno, una exigencia dada la sensibilidad histórica y arqueológica del área.

El proyecto cuenta con el respaldo político y técnico tanto de la Santa Sede como del gobierno italiano, y será ejecutado en cooperación con autoridades locales y regionales. Su financiamiento será cubierto con fondos propios del Vaticano y posibles alianzas estratégicas con proveedores del sector energético europeo. Aún no se ha revelado el monto total de inversión, pero fuentes cercanas a la APSA anticipan que el presupuesto podría superar los 50 millones de euros.

Un modelo exportable para organizaciones e instituciones

Más allá de su dimensión religiosa y diplomática, el proyecto tiene potencial para convertirse en un caso de estudio para otras instituciones con estructuras complejas, patrimonios históricos y alta visibilidad internacional. La estrategia del Vaticano combina objetivos climáticos con gestión territorial, eficiencia energética y diplomacia ambiental. Todo, enmarcado en un compromiso ético con la sostenibilidad.

El Vaticano no solo está descarbonizando su consumo eléctrico, está liderando con el ejemplo”, afirmó Monseñor Gallagher durante la firma. “Este proyecto es una demostración concreta de que las instituciones pueden, y deben, ir más allá de los discursos y convertir sus principios en soluciones operativas”.

Camino a la neutralidad

El paso dado por la Santa Sede la convierte en un referente global entre Estados, corporaciones e instituciones que buscan avanzar hacia la neutralidad climática. A diferencia de la mayoría de los países que aún transitan una compleja transformación de sus matrices energéticas, el Vaticano optó por una solución local, escalable y totalmente renovable.

La planta de Santa María de Galeria estará operativa en 2026, y permitirá al Estado más pequeño del mundo convertirse en un pionero energético, no solo en lo simbólico, sino en términos absolutamente cuantificables.

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