Un nuevo estudio de ERM, titulado “Unlocking the CSRD’s Potential: Early Lessons Across 8 Key Sectors”, analiza la experiencia de 41 compañías líderes de los sectores bancario, químico, energético, minero, farmacéutico, tecnológico y de bienes de consumo. Ofrece también una radiografía temprana de cómo las organizaciones están transformando la obligación de reportar en una oportunidad estratégica.

Según los autores, la primera ola de reportes elaborados bajo la nueva Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) en Europa dejó una doble enseñanza para las empresas: el cumplimiento por sí solo no genera valor, pero la información bien utilizada puede convertirse en una herramienta de competitividad.
Las organizaciones que lograron ir más allá de la carga administrativa descubrieron que el proceso de reporte permite identificar riesgos ocultos, detectar oportunidades de crecimiento y fortalecer la resiliencia frente a un contexto económico y ambiental cambiante. La experiencia muestra que, con un enfoque más estratégico y centrado en los datos realmente relevantes, la sostenibilidad puede pasar de ser una obligación regulatoria a convertirse en un motor de innovación y creación de valor a largo plazo.
De la saturación de datos a la creación de valor
El primer hallazgo de ERM es que las exigencias actuales de la CSRD dispersan los esfuerzos corporativos y diluyen el valor del reporte. La gran cantidad de indicadores de los estándares ESRS llevó a muchas empresas a centrarse en cumplir formalidades, generando declaraciones extensas pero genéricas. Este exceso de información dificulta que inversionistas y otros grupos de interés comprendan las verdaderas prioridades de cada negocio.
La esperada simplificación de la Directiva, impulsada por el paquete legislativo de la UE conocido como Omnibus, podría revertir esta tendencia. Reducir el número de empresas alcanzadas y de puntos de datos obligatorios abriría el camino para un enfoque más enfocado en la materialidad y en datos realmente útiles para la toma de decisiones.
Seis lecciones de la primera ola
El análisis de ERM identifica seis aprendizajes clave de los primeros reportes bajo la CSRD:
- Demasiada información, poco valor estratégico. Las empresas enfrentaron una sobrecarga de datos y poca guía oficial, lo que resultó en informes de alta transparencia pero escasa relevancia para el negocio.
- Predominio de los riesgos por sobre las oportunidades. Solo un 11 % de los impactos, riesgos y oportunidades identificados (IROs) correspondió a oportunidades de creación de valor.
- Foco interno, escasa mirada sobre la cadena de valor. La mayoría priorizó impactos en operaciones propias, dejando rezagados los temas de alcance 3 y valor cadena.
- Los servicios perciben menos impactos materiales. Sectores como banca y tecnología identificaron menos temas materiales que las industrias productivas.
- El cambio climático y la fuerza laboral son los temas más maduros. En contraste, biodiversidad y condiciones laborales en la cadena de suministro aún muestran brechas de datos y capacidades.
- La verificación como nuevo diferencial. Algunas empresas optaron por una auditoría de “garantía razonable”, más estricta que la requerida, especialmente en energía, química y consumo.
De la obligación a la inteligencia empresarial
Para ERM, la simplificación que se avecina representa una oportunidad para redefinir el valor del reporte. En lugar de verlo como un ejercicio de cumplimiento, las empresas pueden convertir la CSRD en una fuente de inteligencia estratégica y ventaja competitiva.
El informe propone ocho recomendaciones para esa transición: aplicar un enfoque de valor al análisis de materialidad, concentrarse en los datos realmente útiles para la toma de decisiones, anticipar escenarios de aplicación futura, y aprovechar la auditoría como un proceso de mejora continua.
También subraya la necesidad de construir narrativas convincentes que expliquen las decisiones estratégicas detrás del reporte, identificar solapamientos regulatorios para ganar eficiencia, y fomentar que las pymes adopten estándares voluntarios (VSME) para mantenerse competitivas dentro de las cadenas de valor europeas.
Hacia una nueva etapa del reporte corporativo
El estudio concluye que la inminente revisión de la CSRD podría marcar un punto de inflexión: pasar de la sobrecarga informativa a la generación de datos realmente relevantes para la gestión empresarial.
“Un enfoque más estratégico del reporte no solo mejora la transparencia, sino que permite descubrir riesgos ocultos, identificar oportunidades de crecimiento y fortalecer la resiliencia a lo largo de la cadena de valor”, resumen desde ERM.
En otras palabras, la sostenibilidad corporativa europea está ante una nueva oportunidad: dejar atrás la era del cumplimiento para entrar en la del propósito estratégico.