En un ambicioso esfuerzo por alinear las prácticas corporativas con las expectativas globales en materia de sostenibilidad, China ha comenzado a dar forma a un sistema de divulgación unificado. El Ministerio de Finanzas del país ha publicado un borrador de directrices que propone la creación de un estándar nacional para la divulgación de información sobre sostenibilidad corporativa y asuntos climáticos, con un objetivo a largo plazo fijado para 2030.
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Foto: Joseph Fuller / Pexels.
El borrador, titulado “Estándares de Divulgación de Sostenibilidad Corporativa: Estándares Básicos”, señala que para 2027 se espera que se introduzcan regulaciones fundamentales que serán aplicables inicialmente a las empresas que cotizan en bolsa. Posteriormente, estas normas se extenderán gradualmente a las empresas no cotizadas y evolucionarán de ser opcionales a convertirse en mandatorias. La propuesta también contempla la posibilidad de adaptar las reglas a las capacidades y circunstancias específicas de las compañías chinas, evitando así una aplicación uniforme que podría no ser viable para todas.
Actualmente, la divulgación de datos sobre sostenibilidad en China es mayormente voluntaria y adolece de una falta de uniformidad. Según fuentes del Ministerio de Finanzas, esta situación ha creado obstáculos para las empresas chinas que operan a nivel internacional y necesitan competir en igualdad de condiciones con sus pares en mercados donde la transparencia ESG (ambiental, social y de gobernanza) ya es una exigencia estándar.
Las autoridades han argumentado que establecer normas claras y unificadas no solo impulsará la competitividad global de las empresas chinas, sino que también apoyará la “apertura institucional” del país. Sin embargo, el plan no está exento de retos. La complejidad y diversidad del tejido empresarial en China podrían complicar la transición hacia un sistema más riguroso y estandarizado de divulgación de datos.
El borrador también refleja un reconocimiento del papel creciente que desempeña la inversión ESG en la economía de China. Datos de SynTao Green Finance indican que, al cierre del tercer trimestre de 2023, la inversión ESG en el país había alcanzado un valor récord de 33.06 billones de yuanes (aproximadamente 4.56 billones de dólares), marcando un aumento del 34.4 % en comparación con el año anterior. Este crecimiento ha sido acompañado por una diversificación significativa en los productos financieros ESG, desde fondos hasta índices bursátiles especializados.
A nivel regulatorio, los principales centros financieros del país, incluidas las bolsas de Shanghái, Shenzhen y Pekín, ya han emitido sus propias directrices sobre la presentación de informes de desarrollo sostenible, lo que sugiere un marco inicial en el que podría basarse la normativa nacional. Además, un documento conjunto del banco central y otras siete entidades ha introducido por primera vez criterios ESG explícitos en las evaluaciones de crédito.
Desde una perspectiva más crítica, se plantean preguntas sobre cómo este nuevo régimen de divulgación afectará a las industrias con bajos índices de transparencia y a aquellas que operan en sectores intensivos. Según un informe de China Galaxies Securities, para abril de este año, 1.938 empresas que cotizan en el mercado accionario A de China habían publicado informes temáticos de ESG. Las industrias con las tasas más altas de divulgación incluyen la bancaria, las finanzas no bancarias, el acero, la minería y los servicios públicos. En cuanto al tipo de empresa, las estatales administradas centralmente presentaron la tasa de divulgación más alta, alcanzando un 80 por ciento.
En el trasfondo de estos desarrollos, persisten preocupaciones sobre los riesgos que el cambio climático y otros desafíos sostenibles suponen para la estabilidad económica y la seguridad social. El Ministerio de Finanzas, en su propuesta, subraya que la exposición de las empresas a riesgos como la contaminación y el incumplimiento de los derechos laborales no solo afecta su rendimiento individual, sino que también amenaza los objetivos de desarrollo sostenible a nivel nacional.