La afirmación pertenece a John McCalla-Leacy, líder global de ESG en KPMG International, al presentar los resultados de un estudio que señala que los líderes empresariales refuerzan su enfoque en sostenibilidad, talento y tecnología para sostener el crecimiento.

A pesar de estar viviendo un escenario de tensiones geopolíticas, incertidumbre económica y avances tecnológicos vertiginosos, los principales ejecutivos del mundo mantienen una mirada optimista sobre el futuro de sus organizaciones. Así lo revela la 11ª edición del “KPMG Global CEO Outlook 2025”, que recoge las percepciones de 1.350 líderes globales sobre las prioridades estratégicas que marcarán los próximos años.
Pese a que la confianza en la economía mundial cayó a niveles similares a los de la pandemia, el 79% de los CEOs se declara optimista respecto al crecimiento de su propia empresa. Las claves, según el informe, son la apuesta por la inteligencia artificial y el desarrollo del talento: el 71% de los ejecutivos planea invertir en ambas áreas para sostener la resiliencia y la expansión.
“Los líderes que logren equilibrar innovación y responsabilidad, gestionando los riesgos éticos, regulatorios y de talento asociados a la IA, serán quienes mejor posicionen a sus organizaciones para un crecimiento sostenible y a largo plazo”, afirmó Bill Thomas, presidente y CEO global de KPMG International.
ESG: más confianza en alcanzar los objetivos climáticos
Uno de los hallazgos más destacados del estudio es el fortalecimiento del compromiso con las metas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Aun en un contexto de polarización política y mayores exigencias regulatorias, el 61% de los CEOs asegura estar en camino de cumplir sus objetivos de carbono neutralidad hacia 2030, un avance significativo frente al 51% registrado en 2024.
Las principales barreras para alcanzar esos objetivos siguen siendo la complejidad de las cadenas de suministro —señalada por el 25% de los encuestados— y la falta de capacidades técnicas para implementar soluciones efectivas (21%). En contraste, el costo aparece como un obstáculo menor (11%).
La tecnología, y en particular la IA, emerge como un aliado creciente de la sostenibilidad corporativa. Los usos más relevantes incluyen la mejora de la calidad de los datos ESG (79%), la identificación de oportunidades para una mayor eficiencia de recursos (79%) y la reducción de emisiones (78%).
“Es alentador ver que, a pesar de los desafíos macroeconómicos, los CEOs siguen comprometidos con las cuestiones ESG. El aumento de la confianza en los objetivos de carbono neutralidad es una señal positiva que puede impulsar el progreso colectivo”, destacó John McCalla-Leacy, director global de ESG de KPMG International.
El equilibrio entre innovación, talento y propósito
Más allá de la sostenibilidad, el informe subraya un cambio estructural en el liderazgo. Para navegar la incertidumbre, los CEOs priorizan la agilidad, la transparencia y la gestión de riesgos como competencias críticas. La mayoría (72%) ya adaptó sus estrategias de crecimiento para enfrentar desafíos interconectados.
La inteligencia artificial se consolida como un eje de transformación: siete de cada diez líderes la consideran una prioridad de inversión y el 67% espera retornos en apenas uno a tres años, acortando significativamente los plazos previstos el año anterior. Sin embargo, reconocen los dilemas éticos y regulatorios que acompañan su expansión.
El factor humano sigue siendo decisivo. El 77% de los CEOs considera que la preparación de la fuerza laboral en IA determinará la prosperidad futura de sus empresas, y el 71% está invirtiendo en retener y capacitar talento con alto potencial. La competencia por especialistas en IA se perfila como una de las batallas más intensas de la década corporativa.
Un compromiso que trasciende la coyuntura
El estudio de KPMG deja entrever un consenso entre los líderes globales: la sostenibilidad y la innovación no son objetivos contrapuestos, sino interdependientes. En palabras de McCalla-Leacy, la visión empresarial de largo plazo implica combinar la creación de valor económico con un impacto positivo en las comunidades y el medio ambiente.
Es por eso que los CEOs parecen haber asumido que la resiliencia del negocio depende tanto de la agilidad tecnológica como del propósito social. Y aunque los desafíos son considerables, la convicción de que las compañías pueden ser agentes de cambio sostenible —incluso en tiempos inciertos— se mantiene firme.