Un estudio de The Conference Board, basado en una encuesta realizada entre marzo y abril de 2025 a 125 ejecutivos de sostenibilidad de grandes empresas estadounidenses y multinacionales, muestra como tendencia que las compañías no están abandonando sus compromisos, pero sí están ajustando la narrativa, el enfoque legal y los marcos de medición de impacto.

El informe “Sustainability Under Scrutiny: Corporate ESG in an Uncertain Policy Environment” señala que el 80% de las empresas están revisando sus estrategias de sostenibilidad, y que un 52% de los ejecutivos reporta haber reformulado su comunicación para reducir la exposición al término “ESG”, mientras que un 48% ha intensificado los análisis legales y de riesgos.
“El entorno actual no ha debilitado la ambición corporativa en sostenibilidad, pero sí está forzando una redefinición táctica de cómo se articula, se implementa y se reporta”, afirma Andrew Jones, principal investigador del estudio.
Cambios de tono, no de fondo
El cambio más visible es comunicacional: más de la mitad de las compañías están reemplazando o matizando la terminología ESG en favor de conceptos más orientados al valor empresarial, como resiliencia, eficiencia operacional o retorno de inversión a largo plazo. Un 43% señala que está reforzando el foco en métricas vinculadas directamente al desempeño financiero y al valor para los accionistas.
Este redireccionamiento responde, en parte, al creciente costo reputacional y político asociado al término ESG. El 90% de los ejecutivos encuestados espera que la oposición a estas agendas persista o se intensifique en los próximos dos años, frente al 63% que proyectaba lo mismo en 2023.
Nueva geografía del riesgo regulatorio
El informe también destaca una reconfiguración del mapa de riesgos normativos. Mientras que en años anteriores la presión sobre las políticas ESG provenía mayoritariamente de grupos activistas, hoy el 78% de los ejecutivos identifica a los reguladores y legisladores federales como la principal fuente de oposición. Es un cambio sustancial respecto al 43% que tenía esta percepción en 2023.
Además, la fragmentación regulatoria se ha convertido en uno de los principales desafíos para los equipos de sostenibilidad. Un 49% cita la divergencia entre normas estatales, federales e internacionales como el mayor obstáculo para avanzar con coherencia estratégica. En paralelo, el 46% alerta sobre un escrutinio más agresivo sobre prácticas DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión), y el 39% señala retrocesos en regulaciones ambientales como una barrera creciente.
Tensión comercial
Más allá del plano regulatorio, la dimensión comercial también introduce fricciones. Un 66% de los encuestados considera que los aranceles y las restricciones al comercio están afectando directamente sus planes de sostenibilidad. Además, el 45% teme que la volatilidad en el comercio internacional retrase inversiones en operaciones más limpias, y un 42% anticipa presiones crecientes sobre los costos de insumos sostenibles.
Hacia una fase más pragmática
El informe concluye que las estrategias ESG están evolucionando hacia una etapa más prudente y enfocada en la gestión del riesgo reputacional, regulatorio y financiero.
Como señala Jeff Hoffman, director interino del Governance & Sustainability Center de The Conference Board: “La sostenibilidad corporativa está transitando hacia un enfoque más segmentado, adaptativo y menos ideológico. Las empresas deben navegar estándares cada vez más divergentes, conciliando las expectativas de empleados, consumidores, inversores y entes reguladores con precisión estratégica”.