El Papa León XIV ante el desafío de sostener el legado ambiental de Francisco

La elección de Robert Prevost como Papa León XIV ha abierto una nueva etapa en el Vaticano, marcada por interrogantes sobre la continuidad de las prioridades pastorales y doctrinales de su predecesor, el Papa Francisco. Entre los temas que generan mayor atención se encuentra el legado ambiental de Francisco, sintetizado en documentos como la encíclica Laudato Si’ (2015), que planteó un enfoque integral sobre ecología, justicia social y desarrollo humano sostenible.

Foto: Robert Prevost, el nuevo Papa León XIV (Créditos: Vatican News).

Durante su pontificado, el Papa Francisco promovió una agenda ecológica que incluyó llamados a la acción contra el cambio climático, la defensa de la biodiversidad y la crítica al modelo económico actual. La encíclica Laudato Si’ y su posterior exhortación Laudate Deum (2023) reforzaron el papel de la Iglesia como actor internacional en cuestiones ambientales, y alentaron una “conversión ecológica” tanto individual como institucional.

Además del plano doctrinal, el futuro de la diplomacia climática del Vaticano también es motivo de atención. Bajo Francisco, la Santa Sede fue una de las voces más firmes a favor del Acuerdo de París, y participó activamente en cumbres climáticas como la COP26. Observadores esperan saber si esa línea se mantendrá en el nuevo papado, particularmente de cara a eventos internacionales como la COP30 en Brasil.

Quienes son optimistas recuerdan un seminario celebrado en noviembre de 2024 en Roma, donde Prevost afirmó que ha llegado el momento de pasar “de las palabras a la acción” ante la crisis medioambiental a la que se enfrenta la humanidad, basándose en la Doctrina Social de la Iglesia. Prevost advirtió allí contra las consecuencias “nocivas” del desarrollo tecnológico y reiteró el compromiso de la Santa Sede con la protección del medio ambiente, enumerando ejemplos, como la instalación de paneles solares en el Vaticano y el cambio a vehículos eléctricos. Afirmó que “el dominio sobre la naturaleza” -la tarea que Dios encomendó a la humanidad- no debe convertirse en “tiranía“, sino que debe ser una “relación de reciprocidad” con el medio ambiente.

Sumado a ello, la experiencia pastoral de Prevost en contextos afectados por el cambio climático, su defensa de la formación ecológica dentro del clero, y su cercanía con comunidades vulnerables indicarían que podrían influir favorablemente en la manera en que encare este aspecto del liderazgo pontificio. Además, el nombre elegido también estaría anticipando un perfil vinculado con la labor social, que iría en línea con Francisco.

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