Estados Unidos se pronuncia ante la ONU en contra de la Agenda 2030 y los ODS

En el marco de la votación sobre la creación de un “Día Internacional de la Coexistencia Pacífica”, Estados Unidos ha expresado de manera categórica su rechazo a la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, argumentando que estas iniciativas comprometen su soberanía y van en contra de los intereses nacionales. La nueva administración del presidente Donald Trump viene sosteniendo que los ODS promueven una forma de “gobernanza global blanda” que impone políticas ajenas a las prioridades del país, particularmente en temas como el cambio climático y la equidad de género. Como resultado, Estados Unidos decidió no reafirmar su compromiso con estos objetivos internacionales y se distanció de iniciativas multilaterales en materia de sostenibilidad y desarrollo.

Foto: Donald Trump, presidente de Estados Unidos (Créditos: Cuenta oficial The White House en X).

En su intervención ante la Asamblea General de la ONU, el Ministro Consejero para Asuntos Económicos y Sociales de la Misión de EE.UU. en las Naciones Unidas, Edward Heartney, reafirmó la postura estadounidense, señalando que los ODS promueven una forma de “gobernanza global blanda” que es “incompatible con la soberanía de EE.UU. y contraria a los derechos e intereses de los estadounidenses”. Según Heartney, la administración Trump considera que la Agenda 2030 representa una amenaza para los valores y prioridades nacionales, razón por la cual el país decidió no reafirmarla como un compromiso de política exterior.

El distanciamiento de Estados Unidos de los compromisos globales en materia de sostenibilidad y desarrollo no ha sido un hecho aislado. En una serie de medidas, el gobierno de Trump se retiró de iniciativas clave, como el Acuerdo de París sobre el cambio climático, y redujo su participación en mecanismos de financiamiento climático internacional. En el mismo discurso, Heartney afirmó que los estadounidenses habían dado un mandato claro en las urnas para priorizar los intereses nacionales sobre las iniciativas internacionales, criticando especialmente la inclusión de políticas de género y cambio climático dentro de los ODS.

Además, el representante estadounidense expresó su preocupación sobre la posible utilización de resoluciones de la ONU para reforzar la influencia de China en el ámbito internacional. En particular, alertó sobre la posible asociación de la expresión “coexistencia pacífica” con los Principios de Coexistencia Pacífica promovidos por China, lo que, según Washington, podría comprometer la independencia de la ONU y debilitar los llamados a la rendición de cuentas en materia de derechos humanos.

Esta postura ha generado divisiones en la comunidad internacional, con algunos países expresando su preocupación por la retirada de Estados Unidos de compromisos multilaterales. Sin embargo, el gobierno estadounidense ha mantenido su posición de que cualquier política internacional debe subordinarse a los intereses nacionales.

A medida que el mundo avanza con resultados inciertos hacia el cumplimiento de los ODS en 2030, la posición de EE.UU. continúa siendo un factor determinante en la efectividad de estos esfuerzos. Si bien la administración actual podría modificar su enfoque, el legado de rechazo de la administración Trump sigue pesando en la política exterior estadounidense respecto a la agenda de sostenibilidad global.

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