La batalla de las siglas en el mundo de la sostenibilidad y el futuro de la contabilidad corporativa

En un reciente artículo de opinión escrito por los profesores Amir Amel-Zadeh, Colin Mayer y Robert G Eccles, los autores plantean que la contabilidad de la sostenibilidad corporativa se ha convertido en un campo de batalla dominado por siglas como ISSB, CSRD y GRI. Según ellos, estos distintos marcos representan no solo estándares técnicos, sino también ideologías divergentes que están moldeando el futuro del capitalismo. El artículo subraya que una transformación profunda está en marcha, marcada por un cambio de enfoque: de la búsqueda exclusiva de retornos financieros a un reconocimiento más amplio de los impactos sociales y ambientales.

Foto: los profesores de la Universidad de Oxford Amir Amel-Zadeh, Colin Mayer y Robert G Eccles.

En el corazón de esta transformación, los autores identifican una tensión inherente al sistema capitalista: la búsqueda de beneficios frente a la responsabilidad social. Mientras el capitalismo ha sido una fuente innegable de innovación y crecimiento económico, también ha contribuido a crisis globales como la desigualdad, la degradación ambiental y el malestar social. Según Amel-Zadeh, Mayer y Eccles, esta paradoja obliga a las empresas a reconsiderar sus objetivos, buscando un equilibrio entre maximizar las ganancias para los accionistas y reconocer los costos ocultos de sus actividades sobre otros actores, como trabajadores, comunidades y el medio ambiente.

El dilema de beneficio y responsabilidad

Los autores destacan que el concepto de beneficio, originalmente entendido como una recompensa por crear valor, a menudo ha sido despojado de su contexto social más amplio. El énfasis exclusivo en los retornos financieros ha llevado a muchas empresas a ignorar los impactos negativos de sus operaciones sobre otros grupos de interés. Las compañías no solo subestiman los costos asociados con la reparación de estos daños, sino que también pierden oportunidades al no invertir en áreas como el desarrollo comunitario, los derechos humanos o las mejoras ambientales.

Como respuesta a estos desafíos, los autores explican que han surgido diversos marcos de reporte que intentan guiar a las empresas hacia una mayor transparencia y responsabilidad. El ISSB, por ejemplo, se centra en evaluar los riesgos financieros relacionados con el cambio climático, mientras que la CSRD de la Unión Europea adopta un enfoque más integral, que también abarca los derechos humanos y el impacto social de las actividades empresariales. Estas diferencias no son solo técnicas, sino que reflejan visiones distintas de cómo debe evolucionar el capitalismo para ser más responsable.

Los desafíos de la estandarización

A pesar de estos avances, Amel-Zadeh, Mayer y Eccles reconocen que existen obstáculos importantes para estandarizar las prácticas de reporte de sostenibilidad. Primero, cada empresa, sector y país enfrenta riesgos y desafíos únicos, lo que dificulta la creación de un conjunto único de normas aplicables a todos. Además, los autores advierten que centrarse únicamente en los costos de sostenibilidad podría aumentar los gastos, especialmente en mercados emergentes y comunidades vulnerables. También señalan que la complejidad de algunos conceptos, como la “doble materialidad”, puede ser confusa y dificultar que las empresas y sus partes interesadas naveguen el paisaje regulatorio.

El mensaje central del artículo es que las empresas deben encontrar maneras de generar beneficios que no impliquen causar daño. Los autores proponen que, si una empresa obtiene ganancias perjudicando a la sociedad o al medio ambiente, debería enfrentarse a consecuencias como regulaciones más estrictas, daños a su reputación, o incluso litigios. Para evitar este tipo de situaciones, proponen que las juntas directivas adopten un enfoque que asegure que los beneficios de la empresa estén alineados con los intereses de la sociedad y el planeta.

La contabilidad como motor del cambio

Amel-Zadeh, Mayer y Eccles enfatizan que la contabilidad gerencial puede ser una herramienta poderosa para ayudar a las empresas a medir y gestionar su desempeño en sostenibilidad. Al proporcionar métodos para monitorear y reportar métricas no financieras, la contabilidad gerencial permite que las empresas alineen sus estrategias comerciales con sus metas sociales y ambientales, y comuniquen de manera efectiva su progreso a las partes interesadas.

Sin embargo, los autores advierten que la adopción de métricas no financieras por sí sola no resolverá todos los problemas. La transparencia es un paso importante hacia la reducción del riesgo, pero solo con datos precisos y completos las empresas podrán tomar decisiones informadas que contribuyan a resolver las crisis globales actuales.

Un cambio de mentalidad necesario

Finalmente, el artículo concluye que para que el capitalismo evolucione hacia un modelo más sostenible y responsable, es necesario un cambio de mentalidad. Las empresas deben dejar de enfocarse exclusivamente en los beneficios a corto plazo y adoptar una visión más amplia del éxito que incluya tanto el beneficio financiero como el propósito social. Los autores creen que este cambio requerirá liderazgo, compromiso con la transparencia y una mejora continua en las prácticas de gobierno corporativo.

La “batalla de las siglas” en el ámbito del reporte corporativo, según Amel-Zadeh, Mayer y Eccles, refleja una lucha más profunda dentro del capitalismo: cómo reconciliar el beneficio con el propósito, las ganancias a corto plazo con la sostenibilidad a largo plazo, y el interés propio con el bien común.


Lectura recomendada: “Capitalism and Crises”

En su reciente libro “Capitalism and Crises“, Colin Mayer se destaca por no solo examinar las raíces de las fallas del capitalismo contemporáneo, sino también por ofrecer un enfoque claro sobre cómo transformar el sistema para enfrentar los desafíos globales que enfrentamos hoy.

Mayer sostiene que el capitalismo, tal como ha sido concebido y practicado, no solo ha fallado en evitar crisis como las del cambio climático, las pandemias o la desigualdad, sino que ha contribuido activamente a su creación. Sin embargo, el autor no propone abandonar el sistema, sino reformarlo. Según Mayer, el corazón del problema radica en la empresa y en la manera en que se valora y recompensa el lucro.

Lo que hace falta es reconocer que las empresas deben resolver nuestros problemas y que las ganancias deben derivar de ello, no de crear problemas”, explica Mayer.

A partir de este análisis, Mayer propone soluciones concretas: una reestructuración del modo en que las instituciones financieras y el sector privado colaboran con el sector público, todo con el objetivo de promover una prosperidad compartida y sostenible.

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