En un artículo publicado en Corporate Reporting, Peter Bakker, Presidente del WBCSD, plantea que el modelo económico actual es insostenible, por lo cual propone una transformación integral donde el bienestar humano y planetario se integre con el crecimiento y la rentabilidad. Subraya la necesidad de que empresas y actores financieros lideren el cambio, alineando incentivos con objetivos sostenibles, adoptando una gestión de rendimiento que incluya factores ambientales y sociales, y promoviendo la transparencia y estandarización en la divulgación de datos. Con avances tecnológicos y marcos regulatorios adecuados, Bakker sostiene que la transición a prácticas sostenibles puede convertirse en la norma.

Bakker subraya la importancia de integrar el bienestar de las personas y del planeta con el modelo basado en el crecimiento y la rentabilidad. A medida que el mundo busca soluciones sostenibles en el ámbito empresarial, es crucial diseñar un modelo económico que contemple los impactos más amplios de las acciones humanas y corporativas en el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desigualdad.
La solución “fácil” podría ser poner un precio a los impactos ambientales. No obstante, Bakker reconoce que, dado el complejo panorama geopolítico, fijar un precio al carbono actualmente presenta desafíos significativos. Según él, este no es un llamado a descartar el capitalismo, sino a encontrar soluciones para la desalineación entre los sistemas financieros y la transformación empresarial innovadora que permitan a las empresas ofrecer soluciones transformadoras a gran escala. Propone diseñar un capitalismo que incentive estas soluciones.
Aunque los gobiernos tienen un papel de apoyo, Bakker sostiene que la responsabilidad recae principalmente en las empresas y los actores financieros. Las empresas e inversores deben alinear los incentivos con los objetivos ambientales y sociales para lograr un cambio significativo. La transición hacia prácticas sostenibles va más allá de adoptar vehículos eléctricos; implica identificar y mitigar los riesgos climáticos en las cadenas de suministro. Argumenta que se necesita una transformación sistémica, no soluciones fragmentadas, pero esto solo se logrará si se establecen los incentivos económicos adecuados.
Bakker menciona que establecer objetivos de cero emisiones netas es un comienzo, pero integrarlos en la estrategia corporativa y en los planes de transición es fundamental. Al enfocarse en construir un futuro mejor, considera crucial establecer mecanismos sólidos de rendimiento y responsabilidad que ayuden a mitigar la crisis climática y fomenten más que un enfoque de cumplimiento. De este modo, se puede asegurar que el capital se dirija hacia soluciones sostenibles que aborden los riesgos físicos que muchas empresas e inversores aún desconocen. Según Bakker, invertir en soluciones sostenibles no solo beneficia al planeta, sino que también es una inversión en el futuro.
Existen diversas soluciones para abordar los desafíos de la contabilidad y el reporte de emisiones. Bakker destaca la importancia de mejorar el intercambio de datos a lo largo de las cadenas de valor (Alcance 3), facilitado por tecnologías como la inteligencia artificial, que es vital para comprender y reducir las huellas de carbono en las cadenas de suministro. Los marcos de divulgación estandarizados permiten a los inversores tomar decisiones informadas y dirigir el capital hacia emprendimientos sostenibles. La regulación, similar a los estándares de contabilidad financiera, asegura la consistencia y calidad de los datos en todas las industrias.
También explica que se han logrado avances, especialmente en la lucha contra el cambio climático. Iniciativas como la Partnership for Carbon Transparency (PACT) están revolucionando la contabilidad de las emisiones del Alcance 3, un desafío significativo para las empresas. Los gigantes tecnológicos están integrando datos de sostenibilidad en los sistemas de gestión de la cadena de suministro, haciendo que los esfuerzos por reducir las huellas ambientales sean más eficientes.
Además, considera que los marcos como el International Sustainability Standards Board (ISSB) con sus S1 y S2 proporcionan una base global para las divulgaciones relacionadas con la sostenibilidad. Con la tecnología y los marcos adecuados, Bakker cree que la adopción generalizada de prácticas sostenibles se vuelve más factible y atractiva. Las regulaciones ayudan a crear un campo de juego nivelado y aseguran que las empresas no exploten el medio ambiente para su propio beneficio.
Bakker argumenta que un mejor análisis de riesgos está impulsando la agenda de innovación. La gestión del rendimiento ahora integra factores ambientales y sociales en la toma de decisiones, incluyendo la divulgación de datos de rendimiento material para su comparabilidad. Estos esfuerzos buscan alinear los mercados de capital con un rendimiento holístico, moldeando sus asignaciones y modelos de valoración en consecuencia.
Según Bakker, el día en que los negocios sostenibles atraigan un menor costo de capital será el día en que las soluciones fluyan para establecer el mundo de cero emisiones netas, positivo para la naturaleza e inclusivo que todos necesitan.