Según la 27ª Encuesta Global Anual de CEOs de PwC, la proporción de directores ejecutivos preocupados por la viabilidad de su negocio a largo plazo ha aumentado al 45% a medida que se aceleran las presiones tecnológicas y climáticas. Además, esperan más presión durante los próximos tres años que la que experimentaron durante los cinco anteriores. La oportunidad de la IA, cómo informan los avances en las prioridades climáticas, y el imperativo de la reinvención, entre los destacados.

“Los datos de este año sugieren un alto grado de incertidumbre en el futuro de los CEOs, pero ellos están tomando medidas. Por ejemplo, están transformando sus modelos de negocio, invirtiendo en tecnología y en su gente, y gestionando los riesgos y oportunidades que presenta la transición climática. Si las empresas quieren prosperar a corto y largo plazo, generar confianza y ofrecer valor sostenido y a largo plazo, deben acelerar el ritmo de la reinvención”, afirma Bob Moritz, presidente global de PwC.
La encuesta “PwC’s 27th Annual Global CEO Survey” entrevistó a 4.702 directores ejecutivos en 105 países y territorios.
La oportunidad de la IA
Los CEOs ven de manera abrumadora la IA generativa como un catalizadora para la reinvención que impulsará la eficiencia, la innovación y el cambio transformacional. Casi tres cuartas partes (70%) creen que cambiará significativamente la forma en que su empresa crea, entrega y captura valor en los próximos tres años.
Los CEOs también son optimistas sobre el impacto a corto plazo. Durante los próximos 12 meses, casi tres quintas partes (58%) esperan que mejore la calidad de sus productos o servicios y casi la mitad (48%) dice que mejorará su capacidad para generar confianza con las partes interesadas. También esperan mejores resultados para su negocio: el 41% espera que tenga un impacto positivo en los ingresos y el 46% espera que tenga un impacto positivo en la rentabilidad. El sector de tecnología, medios y comunicaciones es el más optimista sobre el impacto en las ganancias (54%), mientras que el de energía, servicios públicos y recursos son los menos optimistas (36%).
Pero si bien los CEOs buscan cada vez más los beneficios transformadores de la IA generativa, la gran mayoría dice que requerirá mejorar las habilidades de la fuerza laboral (69%). También han expresado preocupación por un aumento asociado en el riesgo de ciberseguridad (64%), la desinformación (52%), las responsabilidades legales y los riesgos de reputación (46%) y el sesgo hacia grupos específicos de clientes o empleados (34%) en sus empresas.
Cómo informan los CEOs sobre los avances en las prioridades climáticas
A medida que los CEOs establecen prioridades, muchos ven la transición climática como un disruptor de la industria que contiene distintas oportunidades además de riesgos. Casi un tercio espera que el cambio climático cambie la forma en que crean, entregan y capturan valor en los próximos tres años, en comparación con menos de una cuarta parte que dijo lo mismo con respecto a los últimos cinco años.
Los CEOs también están avanzando en convertir sus compromisos en acciones. El 76% ha iniciado o completado medidas para mejorar la eficiencia energética, mientras que el 58% informa haber logrado avances similares cuando se trata de innovar productos, servicios o tecnologías nuevos y respetuosos con el clima.
Por otro lado, solo el 45% señala haber avanzado o haber completado la incorporación del riesgo climático en la planificación financiera (y el 31% señala que no tiene planes de hacerlo). Las medidas de adaptación a los riesgos climáticos físicos también están rezagadas: un 47% (y un 29% señala que no hay planes para actuar).
La encuesta sugiere un apoyo significativo a la descarbonización, y solo el 26% dice que la falta de aceptación de la junta directiva o de la gerencia es al menos una barrera moderada para la descarbonización. En cambio, los CEOs citan la complejidad regulatoria (54%) y los menores retornos económicos de las inversiones amigables con el clima (51%) como las mayores barreras a superar. Los CEOs también están comenzando a asumir la barrera económica: cuatro de cada diez informan que han aceptado tasas de rentabilidad más bajas para inversiones amigables con el clima que para otras inversiones; en la mayoría de los casos, entre uno y cuatro puntos porcentuales menos.
El imperativo de la reinvención
A medida que los CEOs se vuelven más conscientes de las megatendencias que enfrentan las empresas a nivel mundial, los encuestados expresaron una mayor preocupación sobre su viabilidad empresarial a largo plazo. Casi la mitad (45%) señala que les preocupa que sus negocios no sean viables más allá de la próxima década sin una reinvención, en comparación con el 39% en 2023. En particular, la encuesta muestra que las empresas más pequeñas corren un mayor riesgo: el 56% de los directores ejecutivos lideran empresas que generan menos. Las empresas con ingresos anuales de más de 100 millones de dólares creen que sus negocios sólo serán viables durante 10 años o menos si continúan funcionando por el camino actual. Esta cifra cae al 27% para aquellos que ganan 25.000 millones de dólares o más al año.
Casi todos (97%) los directores ejecutivos señalan que han tomado medidas para cambiar la forma en que crean, entregan y capturan valor en los últimos cinco años, y más de tres cuartas partes (76%) han tomado al menos una acción que tuvo un gran impacto en el modelo de negocio de su empresa.
Pero mientras los CEOs toman medidas, se enfrentan a una serie de desafíos. Dos tercios (64%) citan que el entorno regulatorio inhibe su capacidad para reinventar su modelo de negocio al menos en un grado moderado, el 55% señala preocupaciones operativas competitivas y el 52% señala una falta de habilidades en la fuerza laboral de su empresa.
Otro obstáculo es la ineficiencia. Los CEOs perciben ineficiencias significativas en una variedad de actividades rutinarias de sus empresas (desde reuniones para la toma de decisiones hasta correos electrónicos) y consideran que aproximadamente el 40% del tiempo dedicado a estas tareas es ineficiente. Una estimación conservadora de PwC del costo de esa ineficiencia equivaldría a un impuesto autoimpuesto a la productividad de 10 billones de dólares.