La economía circular está ganando terreno como una solución esencial para enfrentar los desafíos ambientales y económicos del siglo XXI. Sin embargo, a medida que las empresas adoptan este enfoque, emergen nuevas oportunidades para optimizar su impacto. Un reciente análisis realizado por el Protocolo Global de Circularidad para Empresas (GCP) no solo destaca estas oportunidades, sino que también sugiere caminos claros para que las corporaciones puedan mejorar su desempeño en este ámbito crucial.
El estudio “Global Circularity Protocol for Business“, que es producto de una colaboración entre el WBCSD y la red One Planet, proporciona una hoja de ruta para superar las barreras actuales que enfrentan las empresas en su transición hacia la circularidad. Los autores señalan que las empresas que se proponen cerrar el ciclo de los recursos están encontrando dificultades para medir y comunicar sus avances debido a la falta de métricas estandarizadas y un paisaje regulatorio fragmentado.
Pero el informe no se queda en la identificación de problemas. Propone soluciones concretas, empezando por la necesidad de unificar los marcos legales y normativos a nivel global. Un marco común permitiría a las empresas no solo establecer metas más claras, sino también colaborar de manera más efectiva a través de sectores y regiones. Esto, a su vez, facilitaría la asignación eficiente de capitales y apoyaría el desarrollo de políticas más informadas y consistentes.
Un aspecto crucial del análisis es su enfoque en el ciclo de vida completo de los productos. Al cambiar la mirada desde el fin de vida de un producto hacia su totalidad, se puede maximizar el valor de los recursos, minimizando el desperdicio y promoviendo un uso más eficiente de los materiales. Este cambio de perspectiva, señalan que es fundamental para avanzar hacia una economía verdaderamente regenerativa.
Otra solución propuesta es la armonización de métodos de valoración y gestión de riesgos. Estos son esenciales para que los negocios circulares puedan acceder a la financiación necesaria para escalar sus operaciones. Además, la consistencia en la elaboración de informes de sostenibilidad es destacada como un elemento crítico para mejorar la transparencia en las cadenas de valor, lo cual, en última instancia, fortalecería la confianza de los consumidores y otros actores interesados.
El GCP no solo está señalando la dirección a seguir, sino que está tomando medidas activas para llevar a cabo esta transformación. Con cuatro líneas estratégicas de trabajo enfocadas en el análisis de impacto, la rendición de cuentas corporativa, la formulación de políticas y la definición de objetivos científicos, el protocolo se posiciona como una herramienta fundamental para guiar a las empresas en su camino hacia la circularidad.
En el horizonte inmediato, el GCP presentará su primer análisis de impacto en eventos globales clave en septiembre de 2024. Este informe no solo evaluará cómo el protocolo puede acelerar las agendas climáticas, económicas, sociales y ambientales, sino que también proporcionará una visión práctica de cómo las empresas pueden mejorar su desempeño en circularidad.
